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La nueva Ley de Tabaco en Chile [20] y prohibición de fumar en prácticamente cualquier lugar, merece ser analizada con bastante más profundidad que desde la perspectiva de una simple restricción impuesta tras acuerdo entre “liberales” y “progresistas”.

Y es que, y lo digo con todas sus letras, me parece que un Estado pueda prohibir a sus ciudadanos que consuman dentro de su territorio (¡incluyendo propiedades privadas!) sustancias o productos autorizados, independientemente de las “razones” que se esgriman, raya en el totalitarismo y en la inconstitucionalidad.

Instalar un “bien superior”, como la salud, para imponerle a la ciudadanía en que cantidad y lugares puede consumir ciertos alimentos y sustancias autorizados, es una falacia populista para permitir el Estado intervenga en nuestras vidas. Una falacia que además demuestra la inconsistencia e incongruencia del discurso “progresista”, que se declara abiertamente y bajo el argumento de las mujeres son “dueñas” de sus cuerpos, partidaria del aborto, y que además está por legalizar el consumo de drogas.

El Gobierno y gran parte del oficialismo por su parte, da como argumento para el “prohibicionismo saludable” los altos costos que el tratamiento de las enfermedades producidas por el tabaquismo tendría para el Erario Nacional. Pues bien, siguiendo ese criterio y dado sabemos el sol produce cáncer, y los rayos UV nos afectan mayormente entre las 11:00 y 16:00hrs. ¿Por qué entonces no se prohíbe a la ciudadanía el vayan a piscinas y playas en esos horarios? O por ejemplo, el que, dado se supone lo “saludable” es dormir ocho horas y dado la mayor parte de los trabajadores deben levantarse aprox. a las 07:00hrs., se decreta toque de queda a las 23:00hrs, considerando además como “valor agregado” el bajarían los asaltos y accidentes de tránsito.

¿Cuántas veces a la semana será “saludable” hacer el amor? ¿Qué cantidad de cuadras será “saludable” caminar diariamente? ¿Acaso no afecta la salud el estar demasiadas horas al día viendo televisión, considerando además tiene una incidencia económica para el Fisco al implicar una mayor gasto de energía? Tal vez deberían ser temas sobre los cuales nuestros parlamentarios debiesen legislar, obviamente, ¡en nuestro beneficio!

Y para finalizar, ¿por qué se acepta en recintos psiquiátricos y carcelarios se pueda fumar?; ¿acaso es una aceptación de hecho que el tabaco podría tener efectos terapéuticos? Porque de no ser así, claramente en una forma de discriminación.