Las formas de violencia de género que aún están presentes en nuestra sociedad

25 Noviembre 2020

Se trata de una violencia que afecta a las mujeres que por el mero hecho de serlo, viven distintas formas de agresión de parte de su entorno y de sus parejas.

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El 25 de noviembre de 1999, la ONU instauró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Esta conmemoración evoca el asesinato a las activistas dominicanas Minerva, Patria, y María Teresa Mirabal, opositoras a la dictadura de Leonidas Trujillo, quienes fueron asesinadas el 25 de noviembre de 1960. Lo ocurrido a estas hermanas, se transformó en un símbolo mundial de la lucha contra la violencia de género.

Si bien hemos avanzado en derribar la creencia de que los hombres son superiores y tienen el derecho de controlar la vida de las mujeres. Aún existen formas de violencia de género que siguen insertas en nuestra sociedad y que demuestran que los abusos de poder y sexismo de privilegios no han sido erradicados. Javiera Donoso, psicóloga que trabaja con mujeres en reparación psico-emocional explica cuáles son y sus consecuencias.

Violencia sexual: Este tipo de violencia se refiere a toda acción que obliga a la mujer a tener intimidad sexual forzada, por medio de intimidación, amenaza o cualquier otro mecanismo que anule o limite la voluntad personal.

El Ciberacoso o Ciberbullying: Es un acoso u hostigamiento a través de nuevas tecnologías y se define como el uso y difusión de información, real o ficticia, con ánimo lesivo o difamatorio y en formato electrónico. Esta divulgación puede realizarse a través de diferentes medios de comunicación digital, como el correo electrónico, la mensajería instantánea, redes sociales. Mientras que el acoso a través de WhatsApp es una práctica cada vez más común.

Violencia psicológica: Se refiere a la conducta que tiene por finalidad causar temor, intimidación y pretende controlar la conducta, sentimientos y pensamientos de la mujer agredida. En este tipo de violencia hay descalificaciones, humillaciones insultos, extorsiones, manipulaciones, garabatos, restricciones de libertad personal, prohibición de relacionarse con otros y amenazas. “Detectar la violencia psicológica o emocional puede ser más complejo porque a menudo desarrollamos mecanismos psicológicos que ocultan la realidad cuando ésta nos resulta excesivamente desagradable”. Indica la especialista en reparación emocional y temáticas de autocuidado y autoestima.

Violencia económica: El Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género señala que la violencia económica ocurre cuando se intenta controlar a la mujer a través de la entrega del dinero necesario para su mantención personal y/o de las hijas o hijos, o de otras personas que integran la familia. También constituye violencia económica cuando se apropian del dinero que ganó la mujer con su trabajo. “Este tipo de violencia constituye una de las principales causas por las que para una mujer es tan difícil salir de una dinámica de violencia intrafamiliar. Despojada del acceso al propio sustento y desconocedora de sus derechos y los de sus hijos, queda “presa” de su agresor”. Argumenta Javiera Donoso.

Violencia física: Constituye aquel tipo de conducta dirigida principalmente a ocasionar daño en el cuerpo de una mujer, comprende una amplia gama de manifestaciones tales como empujones, tirones de pelo, cachetadas, golpes con puño, golpes con objetos, palizas y quemaduras. Javiera Donoso revela las consecuencias de estos maltratos. “A nivel psicológico, la reacción suele ser de conmoción, paralización temporal y negación de lo sucedido, seguidas de aturdimiento, desorientación y sentimientos de soledad, depresión, vulnerabilidad e impotencia. Mientras que a mediano plazo, pueden presentar ideas obsesivas, incapacidad para concentrarse, insomnio, pesadillas, llanto incontrolado, mayor consumo de fármacos y adicciones. También puede presentarse una reacción tardía descrita como Síndrome de Estrés Post-traumático y en los casos más graves, la violencia puede desembocar en suicidios”.

Femicidio: La ley Gabriela promulgada el 2 de marzo de este año, califica como femicidio el asesinato de una mujer por parte de su pareja o ex pareja sin convivencia y establece penas que van desde el presidio mayor en su grado máximo a presidio perpetuo calificado, es decir, de 15 años y 1 día a 40 años. “En los últimos años, se ha visto un significativo aumento de la violencia contra la mujer y los casos de femicidio en todo el mundo. Muchas veces, las víctimas viven una realidad invisibilizada y silenciosa durante años, ya que la lógica del abuso se sostiene en mantener reserva y sufrir en soledad lo que están viviendo”. Reflexiona la psicóloga.

Micromachismos: Conductas  normalizadas socialmente, que por ser parte tan arraigada en nuestra cultura se pasan por alto, ya que no exhiben una violencia explícita o evidente.  Es el machismo naturalizado a través de gestos sutiles y a veces pequeños que han contribuido a través de los años a perpetuar roles de género. 

La importancia de las redes de apoyo

El miedo, la vergüenza y la culpa son sentimientos comunes en las víctimas de violencia psicológica o física. En el caso de las mujeres que son maltratadas por sus parejas, la dependencia del agresor se ve incrementada por el aislamiento social y familiar, que produce una profunda sensación de soledad. Por lo que se hace crucial la existencia de redes de apoyo sociales, familiares, institucionales y profesionales, que las ayuden a salir del ciclo de violencia en el que se han habituado a vivir.

Javiera Donoso quien trabajó durante cuatro años en centros de atención a víctimas y agresores, derivados de los tribunales de familia y de garantía, sostiene que la sociedad espera mucho de las víctimas de violencia, maltrato y abuso, pues “exigen” que tengan la lucidez para darse cuenta a tiempo de la situación en la que están y que decidan salir de estas relaciones. “Si no se tiene como centro ideológico una política del cuidado, con miramientos a la salud mental y a los enfoques de género, entonces el uso de recursos públicos ministeriales pasa a ser una verdadera propaganda del terror”.

La causa pública de erradicar la violencia de género como pandemia social, es sin lugar a duda un desafío complejo. Por ello, el Estado debe velar por este objetivo y trabajar en aras de producir políticas públicas en pro de la dignificación de los derechos de las mujeres, para no continuar perpetuando anti valores como lo son la violencia, el abuso de poder, la desigualdad y la injusticia social.

Imagen referencial: Violencia mujer (CC) Pixabay isabellaquintana