21 de Mayo 2011: Historias en el mar

Este Combate naval fue un enfrentamiento marítimo correspondiente a la Guerra del Pacífico, y tuvo lugar en la Bahía de Iquique un día miércoles 21 de Mayo de 1879. El Huáscar, monitor peruano, al mando de su capitán Miguel Grau Seminario y la Esmeralda, corbeta chilena al mando del capitán de fragata Arturo Prat Chacón fueron los protagonistas de este inolvidable hecho histórico donde, lamentablemente, resultó muerto en la acción nuestro representante.

Las diferencias

En nuestro país este hecho se considera como Combate Naval de Iquique, mientras que en el Perú se le conoce con el nombre de Combate de Iquique, incluyendo el enfrentamiento entre la fragata peruana Independencia y la goleta chilena Covadonga, teniendo como resultado el encallamiento de la Independencia en unos roqueríos. Lo anterior es la introducción a una linda vivencia de la que tomé conocimiento. Se trata de Max Rodrigo Donoso Vial, joven rancagüino de 36 años que a los 19 años de edad dio una prueba para postular a la Escuela de Grumetes en al Isla Quiriquina, de Talcahuano. Fue aceptado y estudió 2 años. Se graduó de grumete y, posteriormente, salió en comisión a Castro.

Más adelante cursó -en Valparaíso- Ingeniería en Telecomunicaciones. Estuvo un año en Puerto Aguirre y regresó a Talcahuano a la Base Naval. Cabe destacar que en Talcahuano había conocido a Jacqueline Hidalgo, con quien se casó y con la cual tiene 2 hijos (gemelos). Luego se fue a Caldera con su familia ya conformada, donde ascendió a Cabo Primero. A partir de ahí surge una oportunidad de ser trasladado al Archipiélago de la Isla Juan Fernández donde estuvo 4 años desempeñando la importante labor de resguardar la Isla, con los conocimientos y autoridad adquiridas.

Rancaguino frente al Tsunami

El día 27 de Febrero, cuando supo que hubo terremoto en el continente, bajó a la Capitanía a ver cómo se encontraba el mar. El lo definió como “tranquilo, pero la noche muy clara” y, cuando se dio vuelta para regresar, nota que ve una ola y sacó su voz más intensa para gritar y salvar a la gente del área.

Al otro día tuvo la ingrata misión de salvar los cuerpos. Recuerda haber visto, al pasar, a un ancianito que se encontraba a la orilla del mar, abandonado porque nadie quería hacerse cargo de él. En ese momento, Max se inclinó para recoger el cuerpo sin vida, y así fue avanzando en esta cruel misión. El regreso Llegó la fecha estipulada de dejar la isla. El cometido de sus años de misión estaba cumplido. Sus hijos estaban acostumbrados a la tranquilidad del lugar y a la frescura del ambiente. Max, junto a su familia fue transbordado a Valparaíso donde – en Playa Ancha- cumple sus funciones, con su gran espíritu de servicio. Sus hijos Dana y Denninson participan de las inquietudes de su padre y, orgullosos forman parte de la Banda de su colegio Ricardo Lynch.

Tuvieron el orgullo de haber desfilado en la Plaza Sotomayor, en homenaje a Arturo Prat, luciendo su impecable uniforme y dominando sus instrumentos a la perfección. Lo pasado y lo actual Esa es la realidad, lo actual, lo vivido por seres humanos, con cuerpo y alma vigente, y aunque recordemos grandes pasajes de nuestra historia, entre los triunfos y las derrotas, y mientras recordemos la frase del comandante Miguel Grau, que arengaba a su tripulación: "Tripulantes del Huáscar: Estamos a la vista de Iquique. Allí no solo están nuestros afligidos compatriotas de Tarapacá. Allí está el enemigo de la patria todavía impune. Ha llegado la hora de castigarlo. Espero que lo sabréis hacer cosechando nuevos laureles y nuevas glorias dignas de brillar al lado de Junín, Ayacucho y Abtao ¡Viva el Perú!" algún Max, Raúl, Francisco e innumerables jóvenes rancagüinos y de todo Chile, podrán formar su propia historia, en bien de la Patria, con su lucha tenaz, su esfuerzo y su entrega, en ese mismo mar donde se escriben tantos hechos históricos.

Las vivencias de hoy, conforman un valor incalculable, ejemplo de lucha venerable, experiencias que significan un desarrollo magnífico para nuestra juventud. Tal vez no quedarán grabadas en las crónicas históricas, pero serán consideradas un ejemplo de lucha venerable en honor a este país que nos cobija.