Se trata de un “nacionalismo rasca y trasnochado”, con estos epítetos abría los fuegos la semana del 20 de Agosto el parlamentario Alfonso de Urresti, primero en destrozar la alineada formación de opiniones positivas de las autoridades locales en torno al proyecto bandera bicentenario, aquella que sugiere la instalación de un pabellón nacional de características titánicas  en cada capital regional del país, y que el alcalde comunal Bernardo Berger señaló como “un regalo” por parte del gobierno central.

El primero en arremeter esta semana en contra del proyecto advirtiendo: “Me da miedo que sigamos tapando el río (…)¿400 millones? Fue el candidato a concejal respaldado por el Partido Progresista Marcos Cortéz, según el mismo la idea de poner una bandera gigante no solo es conflictiva por el emplazamiento sugerido para dicho cometido –la costanera valdiviana- sino que además supone una inversión ilógica y burlezca: “Con ese dinero se podrían construir dos canchas de pasto sintético, 3 jardines infantiles, más de 200 juegos aerodinámicos para los jóvenes y niños de nuestra comuna”, finalizó el ex edil.  

De la misma forma, el actual concejal comunal Gonzalo Espinoza, aunque menos enfático que Cortéz, criticó el gasto excesivo, suponiendo los beneficios que traería para Valdivia una cantidad semejante de millones para gastar en otros propósitos: “Yo no digo que no se deba instalar algo como eso –la bandera bicentenario- pero debe (creo) ser más recatado en términos de costo, con esa plata se podrían palear muchos gastos sociales”, finalizó el concejal Espinoza, quien aparentemente no quiso, desmarcarse absolutamente de la posición oficial del municipio.

¿HITO CULTURAL?

Mientras se daba curso a la IX Convención Nacional de Cultura, que este año escogió Los ríos como sede y en tanto sonaban las palabras del Ministro de Cultura Luciano Cruz - Coke como background, el ex canciller y hoy candidato por un cupo al parlamento no dejaba de manifestar su evidente molestia por los dichos del líder de la cartera de Cultura, según Valdés, la carencia de  un teatro, y la idea de instalar una bandera gigante, es una burla a la identidad de “Capital Cultural” que ostenta  con regularidad el valdiviano: “Que el Ministro Cruz Coke venga y ni siquiera nombre una propuesta de infraestructura mayor, que considere un teatro en la región, y que además me diga que se va a instalar un banderón (…) una burla”.

Una propuesta que al parecer no cumple con los requisitos esperados por el oficialismo, rechazo ciudadano en Concepción; Puerto Montt, y Valparaíso; son parte del pedregoso camino que ha debido recorrer este proyecto que emana desde las entrañas del gobierno, y que supone establecer una estrategia de “popularidad institucionalizada” buscando convencer a Chile entero de la necesidad de instalar dantescas replicas de la bandera chilena, gastando cerca de 15 millones de dólares, y apelando al sentido patriótico que “supuestamente” recae sobre la idea de tapar nuestro río con el pabellón nacional. Una iniciativa que aparentemente no acarrearía la popularidad esperada para el presidenciable Golborne, y es que Ad portas de las elecciones municipales, y a poco más de un año de las presidenciales, todo lo hecho por el gobierno para intentar retener la fama acaecida tras el episodio de rescate de los mineros, al parecer solo ha sido: “Un saludo a la bandera”.