Opinión: ¿Qué aporta la Ética a la educación superior?

03 Noviembre 2014

Ya lo había dicho Aristóteles en la “Ética a Nicómaco” cuando sostenía que el bien de la persona es bueno, pero es mucho mejor el bien de la comunidad.

Juan Pablo Espinoza >
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Si uno revisa las mallas curriculares de las carreras de varias universidades del país, la educación Ética y en ella la Ética Profesional es un área de estudio obligado para un buen número de ellas. En este sentido son muchas las instituciones donde esta temática figura como transversal a las carreras tanto técnicas como profesionales. En este desarrollo es importante tratar de responder a la pregunta sobre qué aporta la enseñanza Ética a la educación superior.

Pueden ser muchos los aspectos que podríamos proponer para responder a la pregunta inicial, pero nos quedaremos con tres de ellos, a saber, la responsabilidad y la corresponsabilidad. ¿Qué es la responsabilidad? Este concepto proviene del latín responsum el cual quiere expresar la realidad de un sujeto que es deudor de alguna cosa. Así, la responsabilidad es justamente la cualidad antropológica y ética por la cual la persona es capaz de dar una respuesta frente a una determinada realidad o interpelación. El responsable es el capaz de dar una respuesta racional frente a su comportamiento y que se hace cargo de sus propias decisiones las cuales vienen a conformar su proyecto vital a la luz de su sentido ético. Pensando en el mundo del trabajo, la responsabilidad constituye la primera exigencia por la cual los trabajadores son y serán evaluados. Es impensable contar con sujetos que, sabiendo las tareas que les corresponden realizar, no conduzcan sus esfuerzos a la consecución de dichos objetivos. Es más, si ese trabajador no realiza lo solicitado, tendrá sanciones tales como la cesación de su actividad laboral.

La responsabilidad por ser la exigencia de dar respuesta frente a los actos realizados, siempre tendrá una relación de carácter interpersonal. Lo que el sujeto individual realiza afecta a los otros y es por ello que es imprescindible hablar de la responsabilidad entendiéndola como vivencia eminentemente comunitaria. Las actuaciones del espacio privado pasan a sí a una desarrollarse en el espacio público apareciendo la corresponsabilidad. Ésta actitud es justamente el fundamento del actuar subjetivo movido por una determinada escala de valores objetivos y universales que construyen dialógicamente la sociedad ética. En palabras más sencillas, el trabajador debe saber que cuando comience a ejercer deberá relacionarse con distintas personas con las cuales deberá ser capaz de construir un ambiente laboral propicio para todos y todas. Por el sólo hecho de estar en relación-con-otros, el sujeto individual deberá responder y actuar en pos de los demás. Ya lo había dicho Aristóteles en la “Ética a Nicómaco” cuando sostenía que el bien de la persona es bueno, pero es mucho mejor el bien de la comunidad. El futuro, la historia y una empresa éticamente sustentable tiene como conditio sine qua non el trabajo mancomunado.

Finalmente recordar que la disciplina Ética que a algunos nos corresponde enseñar no es una más dentro de la malla curricular, sino que es aquella por la cual somos capaces de leer nuestra praxis laboral a la luz de valores universales que constituyen el fundamento de las sociedades libres. ¿Qué aporta la Ética? Da herramientas y brújulas que deben ser asumidas adultamente por nuestros estudiantes, transformándose en sujetos críticos de su propia actuación y apareciendo como protagonistas de la construcción de un mundo laboral que sea más equitativo, incluyente y digno para todos y todas.