Reciclaje inclusivo: El desafío de América Latina en gestión de residuos

01 Marzo 2016

Más del 50% de la materia prima post-consumo es proveída por los recicladores de base, oficio que conmemora su Día Mundial el 1 de marzo, con el urgente llamado a que los países de la región implementen políticas de inclusión y formalización de quienes realizan esta labor.

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Con el desafío de que cada nación del continente adopte medidas que incorporen el reciclaje inclusivo en sus procesos de gestión de residuos sólidos, se conmemora este 1 de marzo el Día Mundial del Reciclador de Base. Se trata de un reto clave, que apunta al reconocimiento y formalización de este oficio, que sólo en América Latina y el Caribe da sustento a alrededor de 4 millones de personas.

Ubicados en la base de la industria del reciclaje, los recuperadores primarios son hoy los mayores proveedores de materia prima post-consumo al recolectar y seleccionar los residuos sólidos desde su fuente, como vertederos o contenedores de basura. Según datos de la Iniciativa Regional para el Reciclaje Inclusivo (IRR), entre el 50% y 90% de los materiales utilizados en la industria son proveídos por los recicladores de base.

Pese al rol que cumplen dentro de este negocio, la escasa inclusión en las políticas de gestión residuos y la informalidad del oficio, hacen que el reciclador solo obtenga aproximadamente un 5% de las ganancias del ciclo económico del que participa.

Con el objeto de mejorar las condiciones y el acceso de los recicladores al mercado formal de esta industria, se creó en el año 2011 la Iniciativa Regional para el Reciclaje Inclusivo. El programa implementado ya en 16 países de la región, es liderado por el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) y la División de Agua y Saneamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Coca-Cola América Latina, Fundación Avina, la Red Latinoamericana de Recicladores (Red Lacre) y PepsiCo Latinoamérica.

A través de proyectos municipales y nacionales, la iniciativa ha trabajado tanto en la formación y formalización de recicladores, como en la generación de herramientas de inclusión, beneficiando directamente a más 17 mil recicladores del continente. Destaca además la incidencia en discusiones de políticas públicas de residuos, así como en la reunión de actores públicos y privados para ampliar el aún débil mercado del reciclaje en el continente.

Para Ricardo Valencia, director estratégico de la IRR “es fundamental que en América Latina se avance hacia una gestión integral de residuos sólidos, donde además de incluir al reciclador en el proceso, se involucre a la comunidad en su conjunto, desde el consumidor en su vivienda, hasta actores del sector privado para que inviertan en reciclaje”.  Quien agrega además, que desde esta lógica se establecen círculos virtuosos que impactan positivamente en la generación de nuevas economías desde el reciclaje y en el desarrollo sostenible del continente. 

Recicladores organizados

La matanza de más de 10 recicladores de base dentro de una universidad en Colombia en 1992, dejó en evidencia la vulnerabilidad de quienes viven de este oficio. Engañados con la entrega de material de desecho, muchos de estos recicladores ingresaron a la facultad, donde posteriormente fueron asesinados para comercializar sus cuerpos.

En respuesta a lo ocurrido y marcando un hito de unión en la lucha por sus derechos, se estableció el 1 de marzo como el Día Mundial del Reciclador de Base. Organizados en la Red Lacre, los recicladores del continente han avanzado en las últimas décadas en visibilizar su oficio y destacar su aporte a la economía y desarrollo sostenible de sus respectivos países.

Exequiel Estay, reciclador chileno y dirigente de la Red, indicó que si bien el proceso de reconocimiento a su labor es lento, sí existen naciones que van pasos más adelantados en materia de legislación e inclusión de los recicladores. “Vemos en Brasil y Colombia un ejemplo a seguir, pues son países que han logrado el diálogo con los recicladores y crear un marco legislativo favorable a sus derechos” explicó.

En el resto de los países del continente, existe una gran disparidad en la normativa referente a los recicladores, quienes continúan desarrollando su actividad al margen de la ley. En América del Sur se observa una tendencia hacia una mayor inclusión, con organizaciones sólidas y discusiones legislativas favorables al reciclador; mientras que en la zona central y el Caribe, los procesos normativos y de organización son aún más incipientes.

Junto con buscar una formalización del oficio, los esfuerzos de las organizaciones de recicladores y de actores como la IRR, impulsan la creación de un escenario favorable para la gestión integral de residuos sólidos. Con ello, se fortalece el mercado del reciclaje y se potencia la labor y aporte del reciclador dentro de esta creciente economía en el continente.