La realidad de las concesiones mineras, el turismo y la ganadería en Aysén

La realidad de las concesiones mineras, el turismo y la ganadería en Aysén

31 Julio 2013

El tema de las concesiones mineras en la región de Aysén ha llegado al escenario regional y se suma a la problemática de transnacionales como HidroAysén y Energía Austral que pretenden represar los ríos más emblemáticos de la región.

Andrés Gillmore >
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Las empresas transnacionales situadas en Aysén como Hidroaysén o Energía Austral al solicitar las concesiones para el tendido eléctrico para transportar la energía al norte del país, solicitan a la vez las concesiones mineras del subsuelo como medida de defensa y como posible inversión aleatoria con grandes dividendos, que abarcan todo el tendido eléctrico que pasa por Aysén.

Esta realidad tiene muy preocupados a los habitantes y de cómo se podrían enfrentar de manera profesional a estas grandes empresas transnacionales, por el posible uso indiscriminado del subsuelo, que le provocarían a futuro en la región un daño invaluable a su patrimonio ambiental, social e Histórico, afectando la proyección de vida de las comunidades, que se sustentan en la calidad ambiental y escénica de la superficie.

Las explicaciones entregadas por las transnacionales a los pobladores no han sido del todo satisfactorias en las reuniones realizadas para tratar de obtener explicaciones coherentes, con las soluciones adecuadas. Las transnacionales han prometido liberar algunas concesiones, pero los dichos no han sido entregados en forma oficial y la realidad es complicada, porque se entiende que existen muchas empresas que tienen como objetivo intervenir la región y extraer los recursos naturales sin tomar en cuenta a los pobladores y sus emprendimientos por las enormes ganancias económicas que representan.

Esta realidad significa en la práctica, que si algún emprendedor turístico, agrícola o ganadero que esta hace décadas trabajando y mucho antes que el otorgamiento de las concesiones mineras del subsuelo a estas empresas, pretendieran emprender un nuevo proyecto o aumentar el que tienen, tendría que amoldarse al pedido de las concesiones mineras del sub suelo y no a la inversa como debería de ser por orden de llegada y simplemente  deberían desistirse de desarrollar sus actividades, porque la ley de concesiones mineras no se lo permitirá y pone los intereses del subsuelo antes que las de los propios pobladores.

Esta realidad es muy preocupante, porque existe un dueño del sub suelo que es indudablemente más poderoso en todo sentido y de acuerdo con esta realidad y las prioridades actuales bajo el marco jurídico que nos rige, las comunidades tienen todas las de perder y eso es una tremenda injusticia.

La ley de concesiones mineras es muy clara en este aspecto, que inicia sus procesos con una fase previa de exploración de muy alto rango, para después utilizar los recursos. Amparados en la ley, tienen la facultad de congelar un sin numero de proyecciones privadas en la superficie que puedan tener los dueños del terreno en cuestión.

El choque entre la proyección minera de lo que se quiere arriba y el subsuelo es de relevancia; debemos tener la capacidad de anticiparlo para proteger la superficie y los innumerables emprendimientos que se desarrollan para que estos no se vean truncados o destruidos por los intereses de las transnacionales mineras. El código minero actual tiene un peso legal histórico muy fuerte en Chile y se utiliza a discreción y su poder es enorme, para asegurar determinados emprendimientos y la capacidad de frenar otros proyectos que no se relacionen con esos intereses es una tarea titánica.

Pero no todo esta perdido, el senador Antonio Horvath Kiss por Aysén (RN) esta consciente del problema y del choque de intereses y de las futuras implicancias para Aysén y sus comunidades ypresentó en el Congreso nacional, una reforma a la ley del código minero, precisamente para proteger las zonas turísticas y ganaderas en las cuales Aysén esta inmerso de norte a sur, de mar a montaña. Entendiendo que las zonas mineras no solo abarcan el norte del país como lo fue en el pasado y hoy han llegado a los territorios australes como Aysén y Magallanes y a Chile como un todo y se necesita mejorar la ley y hacerla más armónica y sustentable con la actual realidad.

Muchas son las empresas interesadas en los minerales de Aysén especialmente del oro y se constata especialmente a empresas canadienses trabajando en la región; tenemos a la empresa Gold Corporation, que tiene una concesión de 21 mil hectáreas en las comunas del sur, Chile-Chico y Cochrane. 

La Anglo-Canadiense Patagonia Gold, que explora desde el año 2006 la no despreciable 20.500 hectáreas cerca de la capital regional Coyhaique en el sector del lago Pólux, Castor y Thompson y la empresa la Red Hill, que explora 5 mil hectáreas en el río Ibáñez, sumándose a la Compañía de aceros del Pacifico, que cuenta con más de 60 mil hectáreas para explotar el hierro en sectores cercanos al litoral aysenino y la Cerro Bayo Minning Company, que trabaja desde hace años en el sector de Fachinal a orillas del lago General Carrera en la cuenca del Baker, que es compartida con la Argentina, una mina de oro. Empresa que ha sido acusada por muchas organizaciones ambientalistas tanto de Chile como de Argentina, de contaminar el lago General Carrera y el Buenos Aires en Argentina.