Trampas y desvelos de la memoria

Trampas y desvelos de la memoria

09 Septiembre 2021
Septiembre, el llamado mes de la patria, también es un mes para la memoria. Justamente en torno a hechos del pasado, cuyas interpretaciones aún inciden y muchas veces incluso inflaman el presente, se mueven estos dos libros de reciente aparición en Chile.
Daniel Carrillo... >
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Trampas y desvelos de la memoria, ficción y realidad se mezclan con pasados que incomodan.


La ciudad que no existe. Historias de la ocupación chilena de Lima (1881-1883). Bruno Pólack Cavassa (Editorial Planeta, 2021). 

El andamiaje de este libro es interesante, ya que no se limita a contar episodios poco conocidos u olvidados de la incursión chilena en Perú durante la Guerra del Pacífico, sino que esto se enlaza con la propia historia familiar del autor, que es peruano. A ello se suma un curioso pasatiempo de infancia: marcar números telefónicos al azar, a veces haciéndose pasar por encuestador, para preguntar sobre temas histórico-políticos. Un tópico omnipresente es la opinión sobre Chile y los chilenos, particularmente respecto a la ocupación de Lima, asunto que los interlocutores en su mayoría desconocen e incluso ponen en duda, sobre todo cuando se agrega el dato de que ésta se extendió por tres años. Registrados en casetes, los breves diálogos son transcritos en forma textual y se intercalan entre algunos capítulos que abordan parte de la genealogía del autor y otros donde se presentan los aspectos desconocidos de la invasión. El vínculo de Pólack con estos hechos tiene que ver con un partido que fue a jugar Colo-Colo a Lima, en 1928, en el marco de un campeonato relámpago organizado para hermanar a ambos pueblos. Esto, en momentos en que se definía el futuro de Tacna y Arica. Enviado como corresponsal a cubrir el cotejo, llega a la capital peruana un joven que quemaba sus primeros cartuchos en el periodismo deportivo: Carlos Mellibosky. Una vez allá, se enamora de Carmela Cavassa –hermana del abuelo del autor- y se queda viviendo en Lima. Pero luego, cuando ella está a punto de dar a luz un bebé, su hijo, Mellibosky toma el primer barco a Valparaíso. Sin embargo, ambos se volverán a encontrar. En cuanto a los aspectos llamativos que rodearon la ocupación, el autor profundiza en el errático manejo militar del dictador Piérola y en la presión de fuerzas navales y diplomáticas internacionales que habrían impedido saqueos en Lima por parte de los soldados chilenos, como sí habría ocurrido en Chorrillos. Esto, debido a la gran presencia de intereses extranjeros en la ciudad más importante de Perú, lo cual habría ayudado a garantizar una entrada pacífica de las fuerzas de Chile. Otros puntos interesantes son el conflicto entre el gobierno de ocupación encabezado por Patricio Lynch y la iglesia católica peruana, así como la casi olvidada muerte del capitán Manuel Thomson al mando del Huáscar –ya con bandera chilena-, producto de un proyectil del monitor peruano Manco Capac, durante la Batalla de Arica. Su destino se suma así al de Prat y Grau, siendo tres los comandantes que fallecen en combate en el Huáscar.


El monstruo de la memoria. Yishai Sarid (Editorial Sigilo, 2020)

Esta novela es un largo monólogo, una carta o probablemente un informe escrito para explicar algo que finalmente se termina diluyendo en medio de las llamas de un infierno personal que refleja también un quiebre colectivo. El narrador es un joven historiador israelí, a quien las circunstancias lo han llevado a convertirse en experto en la Shoah –el Holocausto judío-, con el fin de optar a mejores alternativas para desarrollar su carrera. En este esfuerzo, se emplea como guía de recorridos a los campos de concentración nazis. Debe dejar en Israel a su esposa y su pequeño hijo y pasar buena parte del tiempo en Polonia, principalmente. Hace su trabajo en forma impecable y es reconocido por su gran manejo del tema, pero con el correr del tiempo y la monotonía de las visitas, su mente y su cuerpo comienzan a resentirse. Cada nuevo grupo de personas que debe guiar, principalmente jóvenes estudiantes, pone a prueba su paciencia y su propia visión de la catástrofe humana ocurrida en esos sitios de muerte y dolor. El primer gran quiebre lo sufre cuando Yohanán, un anciano superviviente que colabora dando su testimonio durante los recorridos guiados, sufre una crisis producto de los recuerdos: “acaba de ofrecer su sacrificio al monstruo de la memoria”, dice, explicando que lo sucedido era como si la madre y la hermana de Yohanán estuvieran asfixiándose allí en ese mismo momento.La conciencia de este monstruo, la banalidad que puede suponer cada dato y detalle, y más aún la imposibilidad de transmitir o compartir el dolor, van mellando el temple del historiador. Así, termina también desbordándose. “Y lo que me pregunto a mí mismo –les dije a los alumnos- es ¿cómo me habría comportado yo en su lugar? No lo sé, creo que habría tenido miedo. Y eso me mata, me quita el sueño, porque esa es la única pregunta que nos podemos hacer a nosotros mismos como seres humanos”, se cuestiona en un pasaje en donde comentaba respecto a civiles comunes y corrientes que delataron judíos, algunos por temor a que sus casas fueran quemadas con sus familias dentro. El monstruo de la memoria es una narración intensa y brutal, en donde las conclusiones no son tampoco demasiado esperanzadoras: “lo que importa es tener el poder y la fuerza, no hay que ser ingenuos ni tener piedad, destruir al otro, porque sin el poder somos como ganado que va al matadero, en todo momento dependen de la piedad de los demás”.

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