Señores Todos: La política es con nosotras o no será

13 Enero 2021

Basta que una mujer sobresalga, para que opositores, no opositores y miembros de la familia “miranda” encuentren argumentos suficientes para minimizar, cuestionar, impedir o simplemente anular la irrupción de mujeres inteligentes en los espacios de poder y toma de decisiones.

Michelle Partarrieu >
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A las mujeres en Chile pucha que nos cuesta participar en política y me refiero a participar en la primera línea, porque convengámoslo o no, son mayoritariamente las dirigentas mujeres las que sacan adelante juntas de vecinos, agrupaciones de adultos mayores, sindicatos, organizaciones estudiantiles, deportivas y otras organizaciones sociales.

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Pero en la primera línea es distinto, basta que una mujer sobresalga, para que opositores, no opositores y miembros de la familia “miranda” encuentren argumentos suficientes para minimizar, cuestionar, impedir o simplemente anular la irrupción de mujeres inteligentes en los espacios de poder y toma de decisiones; aún mucho más difícil lo es para mujeres independientes que además pululan en la búsqueda de firmas esquivas para patrocinar su participación, como si fuese una súplica.

Los datos aportados por organismos internacionales sobre la importancia de incluir a las mujeres en la participación política para alcanzar una sociedad más equitativa no han sido suficientes, los avances legislativos en nuestro país en materia de cuotas de género y participación parece que tampoco, sigue prevaleciendo ese “machismo oculto” que la sociedad chilena lleva por dentro. La aparición de Paula Narváez en la carrera presidencial es muestra de ello. No es solo Michelle Bachelet, quien en su calidad de militante socialista y exjefa de la precandidata ha manifestado su apoyo, son más de 2.000 mujeres a lo largo de todo Chile, militantes de su partido e independientes, quienes han firmado a favor de su candidatura. Sin duda que una ex Presidenta de la República y además figura internacional también la apoye es potente, pero no debiese ser tema de controversia ni cuestionamiento, podría haber sido Claudia Pascual, Laura Albornoz, Ximena Rincón, Patricia Muñoz, entre tantas otras con méritos de sobra, y quien piense que no es conocida, que no representa el sentir actual de la sociedad, que se desconocen sus aportes o que “no tiene dedos pal piano”, pues participe, involúcrese y que sea la ciudadanía quien se pronuncie en primarias abiertas y vinculantes, que es parte del ejercicio democrático.

Y si vamos a cuestionar candidaturas, concéntrese en cuestionar a un Lavín que se viste de socialdemócrata para su tercer intento, cuando está marcado por la Historia como un reconocido discípulo del dictador, cuestione a un ultraderechista José Antonio Kast, que es de los principales negacionistas de este país o a un Melnik que no solo añora los años de Pinochet, sino que además de beneficiarse de la dictadura, denosta a víctimas de violaciones de derechos humanos y remueve las heridas más profundas de esta sociedad. Los hechos recientes de Estados Unidos algo tendrán que decirnos.

Lo cierto es que las mujeres representamos a la mitad de la población y no sabemos cuánto el feminismo va a poder representar en los próximos procesos políticos a esa mitad, pero si sabemos que las crisis económicas afectan mayoritariamente a las mujeres, las crisis sanitarias afectan mayoritariamente a las mujeres, el 70, 8% del personal de salud está integrado por mujeres y son quienes están más expuestas al contagio en esta Pandemia. Se ha afectado la crisis en salud reproductiva, vida social y personal, violencia de género, embarazos no deseados y mayor mortalidad en mujeres.

Por eso, las mujeres en Chile nos resistimos a creer que después del 18-O no habrán cambios sustanciales. Bienvenidas las mujeres con sueños y desafíos por aportar, militantes, independientes, dirigentas, profesionales, trabajadoras, obreras, inmigrantes, indígenas, juventud, feministas, bienvenidas todas, nos necesitamos y sabemos que no será fácil, pero valdrá la pena.

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