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Vida al aire libre: Más allá de lo recreativo

12 Agosto 2020

Para dar solución a la falta de áreas verdes, deben reconciliarse los patrones de crecimiento económico, ecológicos, urbanísticos y de desarrollo social en la ciudad que debe funcionar como un ecosistema integrado que resguarde el medioambiente.

Mariela Moya >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Invitado

La Organización Mundial de la Salud (O.M.S), establece que para garantizar la salud física y mental de los habitantes de las grandes ciudades debe haber en ellas, no menos de 10 m2 de espacios verdes por persona. Lamentablemente, debido a los malos planeamientos urbanos, al desarrollo indiscriminado y sin planificación de las constructoras, a las bajas exigencias de la normativa existente en la actualidad y al acelerado desarrollo habitacional, eso está lejos de cumplirse.

Grandes ciudades del mundo han puesto en marcha el desarrollo de amplios parques y áreas verdes, bosques al interior de la ciudad en beneficio de la población y la biodiversidad, por ejemplo, cada neoyorkino cuenta con 30 m2 de verde y algo similar ocurre en Ámsterdam y Múnich; en Curitiba (ciudad ecológica por excelencia), la cifra se acerca a los 25 m2 y en Varsovia a los 18 m2. Si nos ubicáramos en Chile, Santiago tiene un promedio de 4,5 m2 (2010) por habitante y específicamente en Talca, tenemos un promedio de 2,5 m2 de áreas verdes en el mejor de los casos, considerando que el acceso a áreas verdes no es equitativo en todos los estratos sociales y la norma avala esta situación.

Para dar solución a la falta de áreas verdes, deben reconciliarse los patrones de crecimiento económico, ecológicos, urbanísticos y de desarrollo social en la ciudad que debe funcionar como un ecosistema integrado que resguarde el medioambiente y asegure un futuro económico próspero sin afectar la salud y los recursos.

El psicólogo Kurt Lewin (1890-1947), fue uno de los primeros en dar importancia a la relación entre los seres humanos y el medioambiente. Su objetivo era determinar la influencia que el medioambiente tiene sobre las personas, las relaciones que se establecen con él, la forma en que las personas actúan, reaccionan y se organizan en este.

De acuerdo a la psicología ambiental, el medioambiente se puede definir como todos los contextos en que el sujeto se pueda desarrollar. Esta disciplina presenta principios que han de tenerse en cuenta a la hora de cualquier intervención o investigación al respecto:

- Tener en cuenta que el hombre es capaz de modificar el ambiente.

- Es necesario estar presente en todos los contextos del día a día.

- Considerar a la persona y el medioambiente como una entidad única, de habitación.

- El individuo actúa en el medioambiente y el medioambiente afecta a la persona.

Se debe reconocer que las áreas verdes generan una serie de beneficios sociales y ambientales que van más allá del uso recreativo, por ejemplo, son un gran aporte en la reducción de la contaminación ambiental, acústica, enriquecimiento de la biodiversidad, generación de microclimas, descenso de la temperatura ambiental, entre otros.

Los datos proporcionados por investigadores de O.M.S, permiten estimar que un kilómetro cuadrado de bosque, genera mil toneladas de oxígeno al año, que una hectárea arbolada urbana, produce al día, el oxígeno que consumen seis personas, o que un árbol de unos 20 años de edad, absorbe anualmente, el CO2 emitido por un vehículo que recorre de 10.000 a 20.000 kilómetros.

Los parques, juegan un importante papel en los intereses ambientales. El follaje y la vida vegetal dentro de la ciudad son esenciales para la reducción de la “isla de calor” urbana y sus efectos patógenos asociados. Esto es de particular interés, porque un ambiente saludable es integral para los intereses urbanos a largo plazo.

A la vista de los datos, resulta evidente la necesidad de revalorizar las masas forestales, no solo por la función que cumplen en la preservación de la naturaleza, sino también por su papel como sumideros naturales de CO2 y por lo tanto, por su importancia en la lucha contra algunos de los grandes desafíos de nuestro tiempo: el calentamiento global del planeta, la estabilidad emocional-psicológica del ser humano, y la biodiversidad; ¿a quién no le gustaría vivir cerca de un bosque o un parque donde escapar a caminar y sentir el olor de los árboles, la tierra mojada y la calma del follaje?

La salud mental hoy es prioridad. Somos seres naturales y volver a la naturaleza es la respuesta para muchos de los problemas que en la actualidad nos aquejan como sociedad.

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