Con el desafío de mantener la agenda de su marido Néstor Kirchner, y con la consigna de que "el poder no se comparte", refiriéndose a su responsabilidad, Cristina Fernández asumirá el cargo de Presidenta de la República Argentina el próximo 10 de diciembre.
Tras obtener una amplia mayoría del 45% en las urnas -votación que hizo redundante e innecesaria una segunda vuelta- la senadora se proclamó como la primera mujer elegida jefe de Estado mediante sufragio democrático en el país vecino, al igual que en el 2006 sucediera con nuestra actual mandataria Michelle Bachelet.
Cristina, como la llaman los argentinos, se ha declarado fiel admiradora de Hillary Clinton y de Eva Perón, y además enfatizó en un reciente discurso que tiene dos enormes responsabilidades y misiones que cumplir en su mandato: la primera, cumplir con los objetivos trasados en la de conformación de su agenda presidencial y la otra con el género.
Así es como nos encontramos hoy en Sudamerica con dos presidentas mujeres. La nuestra, Michelle Bachelet, no ha dudado en manifestar el machismo del que ha sido víctima en algunas ocasiones durante su gestión, siendo tildado éste incluso de femicidio político. A su vez, una declaración desacertada de un integrante de la banda de rock The Police, y el pésimo tratamiento de Las Últimas Noticias, han hecho que se incremente esta sensación en nuestro país, lo que ha abierto nuevamente la discusión de si estamos preparados para asumir y respetar que el poder y las responsabilidades son independientes del género.
Tal vez la elección de de la abogada Cristina Fernández empiece a darnos luces para responder en cierta manera a la pregunta. Mientras tanto, Chile espera aprovechar esta instancia para estrechar lazos con el país trasandino, según señaló el vicepresidente del Partido Socialista, Ricardo Solari, en su visita al comando de la candidata oficialista argentina. Esto "es una señal de confianza mutua, de amistad cívica y de amistad binacional", dijo Solari a la agencia Reuters.