La Región Metropolitana tiene una superficie equivalente al 2% del territorio nacional. En ella se concentra el 48,2 % del PIB, el 85% de los servicios financieros y trabaja el 49 % de los profesionales y técnicos. Promoviendo la participación ciudadana efectiva, desde la década de 1980 hemos expresado, que el Intendente debe ser elegido directamente por la ciudadanía. Esto le dará liderazgo, legitimidad y estabilidad en el cargo, al contar desde el comienzo de su gestión con la adhesión, el apoyo y el control de la ciudadanía.

El 13 de Mayo el Centro de Estudios Biobarómetro de La Universidad Católica de la Santísima Concepción informó los resultados de la encuesta realizada en las comunas de Concepción, Chiguayante, San Pedro de la Paz, Hualpén y Talcahuano.  En ella 81,9% de las personas expresa que el intendente debe ser elegido democráticamente; el 66,4% de los encuestados opina que el desempeño de los Consejeros Regionales  mejorará si son elegidos por los ciudadanos (es positivo que estos se elegirán el mismo día de la próxima elección de presidente y parlamentarios); el 71,9% de los ciudadanos de las comunas descritas cree que los precandidatos presidenciales no  han demostrado preocupación por el desarrollo de las regiones.

La actual Constitución, que debemos cambiar, en el artículo tercero señala “…los órganos del Estado promoverán el fortalecimiento de la regionalización del país y el desarrollo equitativo y solidario entre las regiones, provincias y comunas del territorio nacional”.

Es evidente que esto no se ha cumplido desde hace décadas.

Es imprescindible el desarrollo armónico, participativo y científico de Chile  para salvar a Santiago de sus problemas de: contaminación, tránsito; distancias y  tiempo de traslado entre el hogar, lugar de trabajo y los servicios de salud, de educación y otros; el hacinamiento, el gigantismo,…