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Desde el año 2003, la sede nacional del Instituto Nacional Antártico Chileno (Inach) se ubicó en Punta Arenas, capital de la región de Magallanes y Antártica Chilena. Desde entonces asumió su conducción Jorge Retamales, quien es también presidente de la Reunión del Tratado Antártico.

En su cuenta pública, el director nacional del organismo resaltó el liderazgo que Magallanes debe asumir en la apertura del país hacia el llamado “continente blanco” con la finalidad de “abrir la Antártica”.

“Cuando pensamos en la Antártica, a lo mejor la vemos como un área donde las Fuerzas Armadas chilenas tienen bases, pero ¿qué más? ¿Qué hay en el imaginario social, público sobre la Antártica? Un continente blanco, muy frío. Es bueno que no solo las Fuerzas Armadas y científicos vayan a la Antártica cada año, sino que la ciudadanía aprenda y aprehenda a la Antártica”, añadió Retamales.

En ese sentido, indicó que se debe continuar con las estrategias nacionales, como un país que no ha renunciado a sus derechos de soberanía o reclamos territoriales, pero incorporar también estrategias regionales para así potenciar su presencia. Por eso, dio cuenta de una serie de instancias que se han ido desarrollando y cómo aportan a este imaginario social que se debe construir.

En materia de educación básica, el director destacó la alianza con la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji) para integrar la Antártica a la educación preescolar. En cuanto a la enseñanza media, se refirió a la Feria Antártica Escolar, que este año abarcó 12 ciudades, y destacó los concursos para ejecutar proyectos científicos universitarios.

A esto se suma el programa “sello región en Magallanes”, elaborado junto al Consejo de Cultura y las Artes para visibilizar el patrimonio natural, científico e histórico del Continente Blanco y los avances en infraestructura con la construcción de laboratorios y equipamiento.

Sobre los objetivos cumplidos, Retamales afirmó que “ya tenemos consolidado un sistema de siete u ocho llamados a concursos al año” y que el número de investigadores crece cada vez, lo que loconvierte en un programa líder en Sudamérica: “Nosotros ya superamos una primera etapa, que era tener un sistema abierto y transparente que permitiera el ingreso de nuevos investigadores, científicos y estudiantes a la Antártida, el desafío está ahora en cómo lograr que los chilenos entendamos cómo relacionarnos con el resto del mundo, donde nosotros seamos una parte del engranaje”, agregó el jefe del instituto.

De esta manera, advirtió que hay programas muy importantes y que van a seguir siendo relevantes en los presupuestos de los diferentes países que conforman los tratados, y a los que debemos estar atentos, como el proyecto Épica, que extrajo hielo del corazón de la Antártica para conocer la historia del planeta en los últimos 800 mil años.

Este tipo de proyectos cooperativos aún son pocos en Sudamérica y podrían ser muchos más, afirmó el director nacional del Inach, para quien Chile, con su participación, podría aumentar su fuertemente su influencia política en el sistema de tratos.