Sólo recuerdo ese Chile de años atrás, en el cual pasaban por mi lugar de trabajo 3 o 4 vendedores de A.F.P. diariamente y en donde mi asesor provisional pasaba a ser un integrante más de mi circulo familiar.
Sólo recuerdo ese Chile de años atrás, en el cual pasaban por mi lugar de trabajo 3 o 4 vendedores de A.F.P. diariamente y en donde mi asesor provisional pasaba a ser un integrante más de mi circulo familiar.
Como es de conocimiento general,
la Cámara de Diputados aprobó a los Bancos y a las Compañías de Seguros entrar en el “negocio” de las Administradoras de Fondos de Pensiones (A.F.P.).Hay voces que afirman que se concentrará aún más la industria o el capital; otras dicen que el Banco del Estado no podría participar ya que, al ser Estatal y con Directores del Gobierno de turno, estos puedan ejercer influencia sobre las votaciones de los fondos de pensiones en las juntas de accionistas. Pero, trato de pensar en el beneficio que esto tiene para mí, como trabajador que cotiza mes a mes en una de las cinco A.F.P. que aún quedan en el sistema.
Ciertamente creo que como afiliado, y sin ninguna posibilidad o influencia para decidir si esto es bueno o malo, me queda la única convicción de que
al haber mayores actores en este “negocio”, bajen las comisiones es decir, bajen el precio que nos cobran por pertenecer a una A.F.P. cosa que para todos los chilenos es obligatorio desde el primer día de trabajo, además elevando la rentabilidad que obtengo por los aportes que realizo.Tal vez será que no quiero escuchar o leer más en las noticias que las rentabilidades de los fondos de pensiones se fueron al suelo por culpa del mercado accionario, del efecto tango, del efecto tequila, del efecto sol naciente, del efecto Chávez, la baja de las tasas hipotecarias en Estados Unidos, la volatilidad del dólar o un martes, miércoles o jueves negro, mientras las Utilidades de las Administradoras se encumbran por las más altas de las empresas del país.
Quizás estimados amigos,
sólo recuerdo ese Chile de años atrás, en el cual pasaban por mi lugar de trabajo 3 o 4 vendedores de A.F.P. diariamente, en donde mi asesor provisional pasaba a ser un integrante mas de mi circulo familiar, el que se recomendaba a los amigos, en donde todas las Administradoras eran las mejores, todas tenían la mejor rentabilidad, el mejor servicio, el mejor respaldo o la mayor cantidad de gomeros en sus oficinas.