¿Quién es el culpable de los infortunios en mi vida?

¿Quién es el culpable de los infortunios en mi vida?

29 Junio 2013

Jesús de Nazaret: “Saca primero la viga de tu propio ojo y después ayuda a que tu hermano vea la astilla en el suyo”.

Juan Lama Ortega >
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"El pensamiento de muchas personas está marcado por estructuras materiales. Muchos piensan que todo se relaciona solamente con la materia y todo puede ser aplicado así a la misma. Para ellos la materia es la realidad, porque aceptan solamente lo que pueden ver, oír, oler, gustar, tocar y captar con los instrumentos de la ciencia. ¿Pero hemos reflexionado alguna vez sobre lo que nuestros ojos no pueden ver?

Mientras al hombre le va bien raras veces reflexiona sobre el Más allá. Su imagen del mundo material está intacta en tanto que sus sentidos le proporcionan satisfacción material. Pero si algo sacude su mundo como golpes del destino, enfermedades o sufrimientos, y ya no puede satisfacer sus sentidos, entonces empezará a reflexionar.

Cuando a un hombre que vive inconscientemente le sucede alguna adversidad, lo primero que hace es culpar a sus semejantes. Así tiene culpables a los que pedir explicaciones, primero en pensamientos y luego atacándoles con múltiples acusaciones. En la siguiente oportunidad hará ver a sus parientes su falta de apoyo y ayuda, como causantes de sus disgustos en el trabajo, en su matrimonio o en su familia. También acusará a su obstinado vecino, porque no quiso entrar en razones y después acusará a sus familiares, que no le han prestado ayuda en esa pelea. El hombre sólo cree que todo y todos están contra él. Poco a poco va cayendo en una depresión. Y como en la depresión tampoco recibe afirmación o estima alguna, caerá en el estado siguiente, la agresión y más tarde en autocompasión y lamentaciones. ¡Nada le ayuda! ¡Nadie le comprende! Cree no poder salir de esta vida desastrosa.

Enfermedades y sufrimientos empeoran. El hombre consulta a un médico que le receta medicamentos que no le curan. Incomprendido consulta a un psicoterapeuta para que le diga el motivo de su situación. La autocompasión le va envolviendo cada vez más y se muestra a su vez en diferentes estados de depresión, en agresiones, inculpaciones, enfermedades y sufrimientos. El mayor mal es que aquellos que como él cree le han causado ese destino, no se preocupan de él y para más indignación no se sienten culpables y se ve sumido en un malestar duradero. De pronto, la energía del día le trae un suceso: le visita un amigo, al que toma como paño de lágrimas, contándole todas sus penas porque nadie le comprende.

En medio de esta nube de incomprensión y autocompasión suena una exclamación en boca de su amigo: “¡Basta! Ni tu familia, ni tus padres, ni tus compañeros de trabajo, ni tu vecino son los culpables, sino tú mismo eres el principal culpable”. A continuación las sencillas palabras de Jesús de Nazaret: “Saca primero la viga de tu propio ojo y después ayuda a que tu hermano vea la astilla en el suyo”.

El amigo prosigue: “Los realistas tienen la costumbre de pensar siempre de manera irreal, pues miran sólo las cosas visibles, la materia, y no lo que está y actúa dentro y detrás de la materia que es el Espíritu, Dios, la Vida. La materia es sólo la superficie de la Vida. Se podría comparar con un lago en el que se refleja lo que está en las inmediaciones. Tú ves solamente los reflejos y no las profundidades del lago, no miras dentro ni detrás de la materia. La profundidad del lago es Dios, la Vida. Si reflexionaras sobre esto comprenderías mejor tu destino, tus enfermedades y sufrimientos, y hasta los podrías aceptar. Porque en el sufrimiento madura el alma; podrías llegar a comprenderte como un ser que no solamente consiste en huesos, carne y sangre.

¿Podría ser verdad que existe algo más que la materia? ¿Podría ser que haya algo así como causa y efecto? ¿Podría ser que existan leyes superiores que no conozco? ¿Es posible que exista un Dios? ¿Es posible que haya algo superior que ponga a mi disposición fuerzas benevolentes? ¿Qué es el Universo? Nuestro hombre está confuso, tiene preguntas y más preguntas. Ha llegado el momento de la reflexión. ¿Existe una vida después de la muerte? Si es así, la muerte sólo puede ser el puente hacia una vida invisible".