Opinión: "La llegada de Macri recuerda la de Piñera"

27 Noviembre 2015

Es imposible no ver un paralelismo entre el perfil del recién elegido Presidente de Argentina Mauricio Macri con el de Sebastián Piñera, ex Presidente y futuro candidato a la presidencia, entendiendo que con su tremendo poder económico esta fuera de duda que es un serio candidato.

Andrés Gillmore... >
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Es indudable que la derecha está más que contenta con la llegada de Mauricio Macri a la Casa Rosada en Argentina. De una u otra manera están esperanzados que por rebalse sea un indicador de lo que puede suceder en Chile en las próximas elecciones y se barajan profundas teorías sobre el fin del progresismo de izquierda en América latina; como si alguna vez Chile haya funcionado en paralelo con la realidad del vecindario, entendiendo que el progresismo no tiene nada en común con el de Ecuador, Argentina, Perú, Uruguay, Bolivia, muchas de sus actitudes bajo ese perfil lo hacen ver más derechistas que los mismos originales y continúan ciegos, sordos y mudos.

Ninguno de los conglomerados políticos tanto de izquierda, centro o derecha, han sido capaces de entender los intereses de la ciudadanía y lo que es peor siguen defendiendo lo indefendible, que bajo la particular visión ciudadana como la que pretendo representar, lo ideal sería que todos los conglomerados políticos tuvieran una visión conjunta desde una base de sustentación estratégica, armónica y sustentable y desde ese punto marcar las diferencias lógicas, que nos posibilite una forma de gobernar con sentido común, tal como ocurre en Europa y los países escandinavos.

Esta más que claro que poco futuro tenemos como país, si no entienden que deben proponer una renovación real; pero lamentablemente las ideas y los candidatos siguen siendo los mismos. Es indudable que a las élites les falta calle y esa debilidad se nota profundamente a la hora de perfilar posibles candidatos y desarrollar los programas. RN cree posible que el senador Espina tiene oportunidad como posible candidato a la Moneda y lo deja hacer; la UDI lleve a la señora Matthei como imagen corporativa al Municipio de Providencia, algo así como un premio de consuelo, entendiendo que es mejor tenerla adentro que afuera y una manera diplomática de bajarle los humos al coronel Labbé, en vez de ser claros y concisos y decirles a ambos que mejor sería que esta vez no gracias, porque lo que se busca es renovación, sustentabilidad y sobre todo un nuevo comienzo y no hay duda que apoyan a Sebastián Piñera para que vuelva a la Moneda.

Es indudable que la ceguera de los partidos políticos de los llamados tradicionales esta afectando los intereses del país y el futuro de todos; los errores en este sentido los estamos pagando con creces y la proyección no es nada buena, bajo el punto de vista ciudadano. Lo mismo ocurre en la Nueva Mayoría, que no encontró nada mejor que transforma a Jorge Insulza en el nuevo representante de Chile en la Haya, para ver si con el tiempo puede transformarse en candidato del Partido Socialista a la presidencia, si la senadora Isabel Allende trastabilla y baja en las encuestas. Con la misma ceguera la Democracia Cristiana cree que Ignacio Walker puede ser competitivo en busca de la Moneda y MEO no entiende a pesar de lo brillante que es, que hoy, mañana o pasado tendrá que dar las explicaciones correspondientes por su relación con SQM y eso indudablemente lo hará perder competitividad para llegar a la Moneda.

Ante este escenario un poco decadente por decir a lo menos, es imposible no ver un paralelismo entre el perfil del recién elegido Presidente de Argentina Mauricio Macri con el de Sebastián Piñera, ex Presidente y futuro candidato a la presidencia, entendiendo que con su tremendo poder económico esta fuera de duda que es un serio candidato y, como dice el refrán, a falta de pan buenas son las tortas.

Ambos personajes son parte de la derecha sudamericana; aunque Macri es mucho más de derecha que Piñera, este último se crió en una familia Demócrata Cristiana, que tuvo la osadía de votar que NO en el plebiscito por la constitución de 1980, desligarse de la dictadura y hacerlo público, a pesar de ser parte de un conglomerado que endiosa a Pinochet aunque ahora lo hacen en privado y haberse metido al bolsillo a los militares presos por causas a los derechos humanos, al haberles prometido en campaña que revisaria sus casos para que votaran por él y luego los desconoció.

Macri literalmente nació con la marraqueta bajo el brazo, originario de una familia muy acaudalada de empresarios y eso lo hizo ser dueño y señor de sus destino. Piñera por lo contrario proviene de una familia de clase media intelectual miembro de la DC, que para tener la fortuna que tiene, tuvo que entrar al mundo de los negocios para hacer de las suyas y no siempre de forma muy clara por decir a lo menos. Macri al igual que Piñera fueron parte del equipo de fútbol más popular de sus respectivos países, con la diferencia que Macri fue presidente de hecho y sacó campeón a Boca Juniors del campeonato Argentino y de la Copa Libertadores y podría decirse que su administración fue una de las más exitosa de la institución del río de la Plata. Piñera compró acciones de Colo-Colo para sacar ventajas políticas para llegar a la Moneda, pero todos sabían que es hincha de la Universidad Católica. Piñera fue senador y Macri Intendente (alcalde) de Buenos Aires, por eso que a pesar de sus claras diferencias es indudable que Macri es más de derecha que Piñera.

Políticamente ambos llegaron luego de años de gobiernos progresistas, de una seuda izquierda acomodada que poco y nada le queda de izquierda. Macri luego de 12 años de un Kirchnerismo Peronista y Piñera después de 20 años de Concertación. Ambos representan y representaron la esperanza que han aprendido la lección de cómo gobernar con el ejemplo práctico de las administraciones anteriores. Del futuro Pdte Macri eso esta por verse y es indudable que no la tiene fácil y corre el riesgo que si su administración no es buena se le vengan encima una verdadera revolución piquetera de gran magnitud, como le ocurrió a Sebastián Piñera que se podría decir bajo el fundamento ciudadano, que no estuvo a la altura de los hechos y la decepción ante lo que fue y lo que pudo haber sido fue para el grueso de la ciudadanía muy fuerte, tanto así, que la Alianza no tuvo la capacidad de seguir en la Moneda y la Nueva Mayoría arrasó en los comicios pasados sin ningún esfuerzo.

En Chile somos dados a olvidar, pero recuerdo perfectamente la alegría que hubo cuando la Alianza llegó a la Moneda, se pensó que luego de teorizar por 20 años como se debía hacer un buen gobierno y que bajo ese fundamento iba a ser uno de los mejores gobiernos de la historia. En mi región Aysén, el candidato Piñera cuando nos visitó en campaña, más que presentar un programa de gobierno, se limitó a resaltar los errores que había cometido la concertación en temas fundamentales y no tuvo la necesidad de presentar ningún programa de gobierno y con eso le basto. En Aysén logró el 59 % de los votos.

Piñera llegó con un equipo de trabajo que a los pocos meses empezó a trastabillar, era preciso entender que cuando se administra un país se representa el futuro de todos los ciudadano y no solo de algunos y los objetivos son diferentes a los de una empresa que es invertir poco y ganar mucho. Piñera se dio cuenta que de seguir así políticamente se iba directo al despeñadero y no tuvo otra alternativa que cambiar al staff político y llamar a la vieja guardia de la cual había renegado en su campaña. Chadwick y Longueira se transformaron en los salvadores de la patria Aliancista. Pero eso significó una fuerte pérdida de poder y Piñera tuvo que aceptar las nuevas condiciones; el cambio fue radical y los intereses creados de las transnacionales entraron a la Moneda en forma oficial y quedó supeditado a labores de relacionador público. Chadwick se posicionó como estratega, Longueira como el representante de los intereses económicos y Hinzpeter como el martillo del gobierno y el resto supeditados a los intereses que estos caballeros representaban con los grupos económicos, transnacionales y corporaciones, con el objetivo final de posicionar a Pablo Longueira como futuro candidato para reeditar el gobierno de la Alianza por otro periodo, con el apoyo financiero de los intereses creados que ellos representaban.

Desde la época de la dictadura no se había vivido una represión como la que se vivió en ese periodo. Las FFEE de Carabineros salieron a las calles a enfrentar los Movimientos Sociales de Magallanes, Aysén, Calama y Freirina, repartiendo a diestra y siniestra a los que osasen ir en contra de los objetivos del gobierno. Nunca el aparataje de inteligencia desde 1989 había actuado con tanta impunidad en contra de la ciudadanía. Las promesas de cuidar el medio ambiente se olvidaron por completo, se aprobaron proyectos de intervención territorial en las regiones, en los cuales Piñera se había comprometido en campaña que se revisarían.

Longueira y su Subsecretario de Pesca JP Galilea, presionaron por llevar a cabo la ley de Pesca, que privatizó el mar y entregó su uso a las siete familias más poderosas de la industria pesquera por 30 años. El proyecto Pascua Lama siguió su curso como si nada, a pesar de tener a las comunidades del Valle del Huasco sin agua; aprobó el Estudio de Impacto Ambiental que permitió la intervención de los glaciares del Alto Maipo, que dejará sin agua a la región metropolitana sólo porque el grupo Luksic necesita energía para sus complejos mineros; HidroAysén sigue vigente más que nunca a pesar de todas sus irregularidades. La promesas en salud, justicia y AFP quedaron en el olvido y la delincuencia no disminuyo. Todo lo que se prometió de hacerlo mejor que en los gobiernos concertacionistas, literalmente pasó al olvido y creó el caldo de cultivo para que la gente no se interesara más en política y llegarán como salvadores de la patria el grupo de la Nueva Mayoría, dando pie a la elección menos representativa de la historia de Chile, posicionándonos en una de las crisis más profundas y contradictorias desde la Constitución del 25.

La gran disyuntiva para el electo Pdte Macri, es ver si tiene la capacidad de encontrar el máximo común denominador de gobernar para todos y no solo para algunos, como ocurrió con Piñera; que según mi criterio fue el gran error cometido por el gobierno de la Alianza por Chile, que más que gobernar a partir del segundo año de su administración, el Pdte Piñera se dedicó más que nada a disfrutar del cargo, que en un formato presidencialista genera profundas contradicciones y demasiadas incongruencias con los verdaderos objetivos que se habían ofrecido. Chadwick y Longueira llegaron al gobierno no como miembros de un equipo de trabajo bajo un programa de trabajo, si, como representantes de los grupos económicos que los financiaban para tomarse el poder, asegurar todo lo que se podía asegurar, porque estaba claro que una oportunidad igual era irrepetible y si todo salía bien, Longueira sería el futuro Pdte de Chile.