La festividad de la Virgen del Rosario nos retrotrae a varios siglos atrás, cuando la Europa cristiana se enfrentaba al poderoso Imperio otomano. El resonante triunfo en la Batalla de Lepanto en 1571, fue atribuido a la intersección de la Madre de Cristo mediante la oración del Rosario. Siguiendo esa estela en la lejana Valdivia, en ese entonces uno de los últimos reductos de la cristiandad, su Iglesia Mayor fue confiada a la protección de esta advocación mariana, que se mantiene hasta el día de hoy, pasando a ser también la patrona de la Diócesis.

“En este día de fiesta patronal estamos iniciando nuestra misión familiar. Con María queremos llegar a todos los lugares existentes en el territorio diocesano. Queremos hacerlo con fe, pero con humildad, alegría y respeto. Queremos compartir nuestra fe en Cristo con todas las personas jóvenes y adultos, hombres y mujeres. Dar a la vida de cada persona, y de cada uno de nosotros, los misterios de El Señor que celebramos en el Santo Rosario. Hay misterios de gozo y de dolor en nuestras vidas. Esta realidad que es propia de cada uno queremos compartirla en los hogares, ayudando a compartir la fe y compartir lo más grande y hermoso que es recibirla”, expresó en su homilía Monseñor Ignacio Ducasse, Obispo de Valdivia, quien presidió la Eucaristía.

En la ceremonia cada una de las Parroquias y capillas presentó un rosario, elaborado por los propios fieles, con elementos representativos de su comunidad. “Cada uno aportó ideas y así fuimos fabricando nuestro rosario, que quiere mostrar el fruto de nuestra tierra y el trabajo de nuestra comunidad, por eso este rosario tiene: conchitas, copihues, pescado; tenemos la madera, porque muchos allá trabajan en eso; los botes, con los que la gente sale a buscar su alimento, y lana cruda con la que hacemos nuestros gorros”, comentó la sra. Rosa Barrientos de la Parroquia de Ntra. Sra. del Tránsito de Corral, donde estuvieron tres días confeccionando su rosario.

“Fue muy buena la iniciativa de haber hecho estos rosarios comunitarios. En nuestra Parroquia resulto un éxito, estuvimos como un mes y medio trabajando con los distintos grupos, pintando, armando, y bordando nuestro rosario, que es bastante grande. Las hermanas de Santa Marta también nos ayudaron, por lo que sentimos que este rosario representa a todos los grupos de nuestra parroquia”, añadió la sra. Marta Muñoz de la Parroquia San Pablo.

Aunque la ceremonia fue el punto de partida de la misión familiar, varias comunidades ya han comenzado su trabajo misionero. “Desde el año pasado hemos estado saliendo a las distintas partes de nuestro pueblo, y ahora también hemos estado visitando a las familias del sector”, mencionó la sra. Rosa Barrientos. “Nos hemos estado preparando con un equipo de hermanos que ya tenemos experiencia en misión. En la Parroquia San Pablo queremos trabajar la Evangelización y la Misión, especialmente en la población Nueva Región, que se levantó hace poco, donde estaba antes el campamento Nueva Esperanza”, finalizó la sra. Marta Muñoz. Toda la Iglesia valdiviana se centrará en la Misión familiar, que concluirá junto con la Festividad de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre.