Marcelo Nilo: “Hay una deuda de las instituciones de Valdivia con Schwenke y Nilo”

17 Junio 2013

Al conmemorarse un año desde la partida de Nelson Schwenke, Marcelo Nilo, repasa el duelo que ha vivido, además, habla del escaso reconocimiento que ha percibido de parte de la ciudad que, como dúo, llevaron al mundo a través de sus canciones.

Paula Castillo >
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Casi un año ha pasado desde aquella fatídica tarde en que una de las voces más destacadas de la trova chilena y el canto nuevo, fuera apagada tras un absurdo accidente en Bilbao con Lyon en Santiago.

Fue una jornada especialmente triste para Valdivia. La partida de Nelson Schwenke, caló hondo en la ciudad de los siete ríos que reconocía en el artista, a unos de los exponentes más destacados y queridos del ambiente artístico local y que, junto a Marcelo Nilo, llevaran por el mundo la imagen acústica del sur de Chile en especial de Valdivia.

Su amigo y compañero de canto, recuerda con especial emoción el significado de esta fecha, no sin antes aclarar que “mientras suenen las canciones de Nelson, su corazón va a seguir latiendo”.

Se conmemora este sábado 22 de junio un año desde la partida de Nelson ¿cómo recuerda usted ese día?

Como un día particularmente difícil, un día sorpresivo. La muerte de Nelson fue absolutamente inesperada. Muchas veces pasamos con él en los hospitales y él siempre dio la pelea, pero esa vez, no fue una enfermedad, sino que un atropello y fue un día, como decirlo, un día largo. Nosotros, ese día, teníamos que tocar en Puerto Montt y unas tres horas antes de viajar, ocurrió el accidente. Llegamos a la posta del Hospital Salvador y ahí se fueron desencadenando situaciones que uno no concibe y que son irreales. La  percepción del tiempo es muy extraña,  de no creer lo que está pasando, de no entender el por qué. Fue un momento de conmoción muy fuerte. 

Ustedes se conocían hace más de 30 años ¿cómo era esa relación?

Nosotros teníamos una relación con Nelson de vida juntos. Nos conocíamos desde que yo tenía 18 años, y  empezamos a trabajar. Nelson murió a los 54 años, entonces, es difícil describir y  que alguien pueda entender esta relación. Comíamos juntos, viajábamos, dormíamos y eso era todos los fines de semana del año y, en ocasiones, también en la semana.

En los días del accidente, nosotros veníamos llegando de una gira por Europa donde habíamos estado veintidós días inseparablemente juntos, recorriendo 5 países. No éramos solamente amigos, ni solamente compañeros de trabajo, de hecho, yo vivo con el Nelson permanentemente, es decir, él todos los días está en mi espacio. Para mí, es imposible hacer una división de hasta dónde estoy yo realmente, sin entender que Nelson está conmigo a cada momento. Es muy extraño.

En sus presentaciones, el recuerdo de Nelson Schwenke, está patente tanto en imágenes como en audio ¿esta modalidad es parte del duelo o pretende mantenerla indefinidamente?

Por ahora es parte del duelo, no sabemos hasta cuándo y cómo lo vamos a enfrentar, también es parte de la comprensión de un concepto, de cómo lo estamos entendiendo hoy día a partir de una canción de la cual yo hablo y que nos fue aclarando el tema. Nosotros sentimos que mientras pongamos en vida, mientras hagamos sonar las canciones de Nelson, su corazón va a estar presente y latiendo.

En términos metafóricos, lo que a nosotros nos bombea el cuerpo para mantenerlo vivo es el corazón. Ahí se producen las pulsaciones que envían la sangre y energía para que podamos funcionar. Si yo pudiera decir lo que bombeaba el corazón de Nelson, eran las canciones. Las que él componía, las que cantaba, entonces, eso era lo que realmente lo movía y que, a veces, nos hacía viajar cientos de kilómetros para tocar a un público de 60 personas. Siempre fue muy importante, no la masividad sino el sentido de llegar con las canciones, y para eso había que tener un corazón muy fuerte y la canción del Nelson lo era.

En el tema de las imágenes tiene que ver con dar a entender que nosotros, los que estamos ahora, no somos ni más ni menos de los que éramos. Lo que sentimos, es estar con él en las canciones y a penas empieza a sonar la música, el Nelson está presente ahí en esencia y lo materializamos a través de los vídeos de él cantando, porque eso da a entender a la gente el estado en que nosotros nos encontramos en el escenario y, por eso, seguimos siendo Schwenke y Nilo.

Tras la pérdida ¿ha pensado en incorporar otra persona?

En algún minuto en la conversación interna alguien mencionó la posibilidad de hacerlo, pero no seguimos la idea, porque en el ánimo de ninguno de nosotros está entender que a Nelson lo pudiésemos reemplazar. Mientras no aparezca una situación de vida que nos lo diga así, no lo haremos, porque, finalmente, somos compañeros de trabajo; compartimos ideas, proyectos. Nunca hemos  “contratado a alguien”, sino que ese alguien se apega al grupo con la historia colectiva que hemos construido y, hasta este momento, eso no ha ocurrido. No descartamos que ocurra, pero salir a buscar a alguien, eso no.

¿Cuál es su sentimiento al saberse considerado como una de las mejores, sino la mejor, agrupación de trayectoria de la trova chilena y el canto nuevo?

Eso es un gran logro, sin duda, y voy a tratarlo de decirlo así, con mucha humildad. Lo digo a los jóvenes cuándo me lo preguntan: “mira lo único que nosotros hicimos fue hacer lo que creíamos que teníamos que hacer. Hemos sido honestos. Hemos estado donde pudimos estar y cuando se nos ha condicionado, ya sea desde una perspectiva ideológica, económica o lo que sea, hemos considerado que ahí no debemos estar, porque esos no son nuestros espacios, porque este es un trabajo como cualquier otro y lo hacemos honestamente”.

En lo que en un sistema de mercado se entiende como éxito la utilidad económica, nosotros somos, más bien, marginales y pertenecemos a un Chile que no está en los medios, salvo en la crónica roja. Pero, tenemos la convicción desde las cosas valiosas, de la construcción de una vida y del trabajo de las personas en función de la sociedad en la que vive, el formar parte hoy día de la historia de la música chilena  y la valoración que tenga nuestra sociedad  del trabajo nuestro.

He leído sobre nosotros en tesis universitarias, en los programas del Ministerio de Educación en el ámbito de la música chilena y, desde esa perspectiva, quien hace algo desde el trabajo riguroso que ha calado en su gente, nos sentimos tremendamente exitosos, porque teníamos la meta de ser recordados en la historia de la música chilena y eso, en cierta medida, ya lo hemos logrado. Sabemos que con el tiempo vendrán otros reconocimientos, quizás no lo veamos, pero tenemos la convicción de haber estado al servicio del pueblo que se quiere autoconstruir, que quiere luchar por lo que cree, la música nuestra e historia que construimos con Nelson.

LA DEUDA DE VALDIVIA

¿Considera usted que Valdivia ha reconocido el legado de Nelson, del dúo Schwenke y Nilo, tomando en cuenta que han llevado el nombre de la ciudad y del sur de Chile por el mundo?

Yo creo que existe una deuda de las instituciones de Valdivia con algún tipo de reconocimiento más formal del aporte efectivo al imaginario colectivo que hemos hecho a la ciudad. Nos hemos encargado  de llevar el nombre de la ciudad y del sur de Chile a todas partes donde hemos ido. Desde esa perspectiva, creo que, efectivamente, no hemos sentido un fuerte apoyo, un reconocimiento de Valdivia, no así de la región, porque en algún minuto la Secretaría Regional Ministerial, nos nombró Embajadores Culturales del Sur de Chile. Salvo el Departamento de Extensión de la Universidad Austral, que nos otorgó la medalla por sus 50 años. Hago esta aclaración, porque el reconocimiento ciudadano, si lo hemos sentido, al haber sido, en algún minuto, la voz de quienes no la tenían, cuando  dijimos y denunciamos lo que sucedía en nuestro país.

Háblenos del lanzamiento del DVD “30 años registro de un viaje”.        

Nosotros hicimos un concierto, la verdad, no teníamos imágenes o más bien los registros de televisión que tenemos eran escasos. En términos de imagen no somos “Ricky Martin”, así que no era algo que nosotros buscáramos, pero si entendemos que es un medio que sirve y nos planteamos hacer un concierto y, por primera vez, con una agrupación de orquestas.

Grabamos con músicos, con  violines, con chelos, contrabajos, pero nunca lo habíamos hecho en vivo, y nos dimos el gusto cuando cumplimos 30 años. Se nos ocurrió poner varias cámaras y filmar todo, pero con el terremoto de 2010 el disco duro con pistas se perdió y, posteriormente, vino la muerte de Nelson y nos quedamos con el material grabado y decidimos no intervenirlo, por lo que, el DVD es exactamente lo que hicimos. Lo llamamos “Registro de un viaje”, porque es un recuerdo muy honesto de lo que somos.

Es curioso cómo el destino va marcando, y en la medida que uno no se vuelve loco tratando de cambiar las cosas que suceden en su momento, sabiendo que siempre estará la oportunidad de poder avanzar, te entrega regalos como éste registro.

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