Creo que este momento quedará marcado en la memoria de todos los que vivimos este proceso. El rescate histórico de los 33 mineros que estuvieron 70 días atrapados al interior de la mina San José, trascendió nuestro país y Chile estuvo en los ojos del mundo por una tragedia que afortunadamente tuvo final Feliz.
En perfectas condiciones llegaron los 33 mineros a la superficie donde familiares y autoridades los esperaron uno a uno explotando de emoción y alegría.
La tarea está cumplida y a las 22:05 Luis Urzúa, el jefe que estuvo de turno por 70 días, fue el último en llegar a la superficie inundando de emoción a todo un país que se mantuvo día y noche expectante durante 24 horas a la espera de este momento que por fin y luego de dos meses llegó a su término.
Atrás quedará el Campamento Esperanza, ese que albergó a los familiares de los 33 que prometieron no moverse hasta que el último minero salga del pique y así fue. Hoy todo es alegría y ese campamento poco a poco comienza a desaparecer.
Ahora los mineros permaneceran en observación, pero no cabe duda que este trágico momento los hizo más fuerte y que ya nada volverá a ser igual para ellos. Se vienen buenos tiempos para estos 33 hombres que demostraron que los chilenos tienen garra y corazón y es que permanecer a 700 metros por dos meses a cualquiera le cambia la vida.
Ahora sólo resta pedir a las autoridades, que nuestro país no se haga famoso ni popular en el mundo por este tipo de situaciones, porque a pesar de de que todo salió muy bien quedó al descubierto una nefasta práctica laboral que no sólo sucede en la minería, sino que también en otro tipo de trabajos donde no existe fiscalización alguna y las irregularidades están a la orden del día.
La misión está cumplida y los 33 ya están en casa. Chile demostró que puede con este tipo de desafíos pero es de esperar que no sucedan más en Chile, tal como el último minero en salir del pique se lo pidió al Presidente Sebastián Piñera.