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[Lectura voraz] El legado del monstruo: Relatos de terror

05 Marzo 2019

Libro reúne 15 cuentos que rinden tributo a los 200 años de Frankenstein.

Daniel Carrillo... >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Invitado

Recordado como el año sin verano, 1816 abrió la puerta a temores desconocidos y al delirio de los agoreros del "juicio final". Cielos oscuros, tormentas, lluvias interminables e incluso intensas nevazones marcaron esa temporada estival en el Hemisferio Norte. Las cosechas se perdieron y la agitación social se inflamó a causa de los altos precios de la leche y el pan.

En medio de todo ese fenómeno, provocado por la brutal erupción del volcán Tambora (Indonesia) que levantó una nube de cenizas y azufre de más de 32 kilómetros, se comenzaba a gestar una de las criaturas icónicas de la literatura mundial.

A orillas del lago Lemán, en Villa Diodati (Ginebra), en una casa alquilada por Lord Byron, se reúne junto a él una serie de escritores, entre los cuales está Mary Shelley. Una noche, después de leer en voz alta un volumen de historias alemanas de fantasmas, Byron lanza el desafío de que cada uno escriba un cuento de terror. Esa sería la semilla de Frankenstein, publicado finalmente en 1818.

Dos siglos más tarde, en medio de un tórrido verano, ve la luz “El legado del monstruo. Relatos de terror” (Editorial Zig-Zag, 2018), antología a cargo del escritor y académico chileno Jesús Diamantino. En sus 238 páginas se dan cita quince escritores y escritoras de habla hispana, nueve de Chile, cada cual con una historia inspirada en la clásica creación de Mary Shelley: Frankenstein o el moderno Prometeo.

El resultado es gratamente diverso, tanto por el estilo de cada autor como por las tramas urdidas, algunas muy cercanas a la figura de este tributo y otras que suponen una reescritura absoluta y cuya pátina frankensteiniana es casi imperceptible.

Entre los primeros, se cuenta Agua oscura, del español David Roas, quien revisita el lago Lemán; El museo de la luz (Fragmentos), de Álvaro Bisama; La ladrona de fuego, de Thomas Harris; Una exploración monstruosa, de Francisco de León, y El dios de la venganza, de Armando Rosselot.

De las aproximaciones más heterodoxas destacan Plan de Navidad, de Pablo Illanes; La Quimera, de Jesús Diamantino; y los tres cuentos quizás más llamativos del volumen: El sargento y los frankies, de Yoss; Monstrum vel prodigium, de Julio Gutiérrez, y En el último piso, de Javier Ignacio Alarcón.

A su modo, cada uno de estos relatos resucita alguna huella, atmósfera o idea inspirada por el monstruo, moviéndose entre el horror clásico, el existencial y la ciencia ficción. Se reconoce cierto énfasis en el motivo del ser humano jugando a Dios y se plasman en algunas historias los dos arquetipos principales instalados por Frankenstein: la extraña u horrenda criatura y el científico loco.

En resumen, una interesante selección para los amantes del terror y de los libros en general.

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