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Opinión: ¿Somos empáticos los chilenos?

04 Febrero 2014

Que diferente seria nuestra vida social, si supiéramos decir la palabra exacta, en el momento propicio, que tienda a reconocer lo bueno, a destacar lo positivo en los demás tendiendo a establecer lazos afectivos y efectivos.

Omar González H... >
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Por más de cuatro décadas de ejercer docencia y orientación con jóvenes de educación media, en diversos colegios de nuestro país, pude comprobar la enorme cantidad de observaciones que se van acumulando de manera progresiva durante el desarrollo de cualquier año escolar, a través de los registros escritos en la hoja de vida de cada estudiante, (en los libros de clase)  lo que comúnmente se denominan “anotaciones por conducta”, situación que para nada es extraño, en especial para los docentes, para los padres apoderados y para los propios estudiantes.

No obstante frente a esta realidad aparentemente natural y pese al eventual tratamiento a que se somete al o a los alumnos afectados, poco o casi nada se logra llenando hojas y folios completos con estas anotaciones, creando con ello además serios sentimientos de culpabilidad y un consiguiente aumento de actitudes o comportamientos negativos, pues la mayoría de estas anotaciones se hacen con sentido punitivo o castigador y muy de vez en cuando se hacen con la intensión de destacar o  enfatizar una acción positiva en el estudiante. Frente a tal hecho, por lo general la persona que hace esto en el ámbito escolar no se da cuenta de la enorme carga emocional negativa que afecta al estudiante.

Tal realidad por cierto, no solo atañe a la vida escolar, sino que está circunscrita a todo tipo de relaciones humanas, de cualquiera edad, a cualquier persona y a cualquier gestión que se desarrolla en la vida social.

Desarrollándose tales relaciones interpersonales dentro de una gran variedad de contextos, como la escuela y la familia, los grupos de amigos, el matrimonio, las amistades, la vida laboral, los clubes sociales y deportivos, juntas de vecinos, comunidades religiosas, en fin, siempre en cada uno de estos núcleos se producen y seguirán produciéndose todo tipo de observaciones y/ o comentarios, que en muchos casos se convierten en verdaderos torbellinos de chismes, cahuines o pelambres, cuestionamientos y comentarios indebidos, que solo vienen a entorpecer el desarrollo de una vida social más placentera, mas armónica o más llevadera.

Por cierto el ser humano, al parecer por naturaleza, tiende a accionar de manera frontal en sus relaciones humanas o relaciones interpersonales, con claras tendencias a la crítica, al cuestionamiento, al conflicto, a tratar de cambiar el mundo cada uno a su pinta, es decir considerando que  tiene la razón, que es dueño de la verdad pura o absoluta.

Claro: ¡es más fácil criticar que alabar!. De esta manera se construye un mundo en que la discrepancia es pan de cada día y con ello no hay paz ni  tranquilidad.

Que diferente seria nuestra vida social, si supiéramos decir la palabra exacta, en el momento propicio, que tienda a reconocer lo bueno, a destacar lo positivo en los demás tendiendo a establecer lazos afectivos y efectivos. En tal sentido por cierto los mensajes y temática reflexivas,  abundan en Internet, a través de postales, palabras y frases  que incentivan la amistad, el amor al prójimo, cultivo de la esperanza y de la  fe, tratando de hacer ver al mundo con otros ojos, lo que lamentablemente para la mayoría de nosotros (me incluyo en ello, puesto que nadie es perfecto) pasa inadvertido inclusive hasta nos puede causar cierta molestia

Cabe enfatizar, que toda persona, sea quien sea, relativamente importante o menos importante siempre tiene algo de bueno, hace, dice o piensa algo bueno o tiene ciertas capacidades, condiciones  o competencias que otros no tienen y eso, aunque sea poco, merece ser destacado a fin de crear lazos de amistad e incentivar la afectividad, o al menos tratar de motivar a los demás para hacerlos sentirse bien, para elevar su ego,  lograr un buen concepto de sí mismo, sin entrar por supuesto en ser extremadamente zalamero o servil, o dicho en buen chileno…”ser una simple arrastrado o un chupamedia”. 

Sin embargo, decir algo que realmente no se sienta verdaderamente, ello sencillamente sería una hipocresía, o un acto de absoluta inconsecuencia, y  con ello junto con engañar a otras personas, nos haríamos daño a mí mismo, haciéndonos sentir muy mal interiormente.  Por eso si realmente uno no lo siente, será mejor no decir nada.  

¿A quién no le agrada entonces que le digan algo bonito? ¿Qué destaquen algunas de sus virtudes o cualidades positiva?.  

“Toda persona necesita afecto, reconocimiento, consideración, apoyo, comprensión y especialmente comunicación empática, es decir que se pongan en su lugar,  cosa que muchas veces se logra fácilmente, tan solo suele bastar  una palabra, una frase o un simple gesto, o físicamente una expresión cálida en la voz o  en el rostro y mirada,  o un abrazo  y un fuerte apretón de mano”.

Pero…¡NO!….a muchos nos cuesta hacer esto, somos por lo general indiferentes, pensando:    

PRIMERO YO, SEGUNDO YO y TERCERO YO”  y no nos damos el tiempo necesario para expresar aquellos sentimientos o pensamientos positivos hacia los demás, para decirle de manera verbal o escrita a la otra persona por ejemplo:

…¡gracias, eres muy gentil…eres talentoso(a), eres un buen amigo(a), hiciste un buen aporte, tienes grandes condiciones para…me gusta como eres, me encanta tu color de pelo, tienes una sonrisa encantadora, me agrado lo que dijiste, aquello que escribiste me gustó mucho…¡pero que saliste bien en esa fotografía!,  ¿Cómo lograste hacer eso tan bello?, ¡qué bueno que te hayas acordado de mí!, eres una persona maravillosa, te deseo lo mejor, que tengas éxito,  me agrada tu optimismo y fortaleza espiritual. ¡pero que bien que lo tomes así!, tu alegría es contagiosa, pero que amoroso(a) y tierno(a) eres,  tu amistad es un tesoro para mí,  ¿ sabes? eres creativo y espontaneo, etc. Etc.

Ahora bien, suponiendo que usted cree que merece expresar algo a alguien, dentro de su entorno laboral o ambiente, cabe que tenga presente lo siguiente: 

“Si es algo que no le parece bien y en consecuencia esa persona debe mejorar, o que a usted no le gusto algo, ….entonces…¡dígaselo en privado! ¡No lo divulgue!, por cuanto puede  fácilmente caer en aquel dicho….”del árbol caído todos quieren hacer leña”  

Por lo mismo,  si la situación es positiva y esa persona ha dicho o ha hecho algo que a usted le parece bien…..entonces….¡dígaselo en público!,  eso será bienvenido y de seguro le ayudara a mejorar su relaciones interpersonales. No haga lo que a veces se hace, “Lo malo se divulga y lo bueno se dice en privado”, eso es simplemente una felonía

En consecuencia,  y sin pecar de un optimismo extremado, pienso:

… “que distinto seria nuestro mundo, nuestra diaria convivencia social, si nos pudiésemos detener tan solo un instante, para pensar también un poco en los demás y poner en práctica algo de esto que es tan simple.”.

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