Creo que se equivoca el señor Fernández. Se supone que tanto una persona como una empresa colocarán sus avisos donde supone que tendrán mas difusiòn, o sean más vistos o leídos. De acuerdo a esto, donde debería poner el Estado o sus empresas su publicidad?. Todos sabemos que, en cuanto a medios impresos, solamente existen dos diarios de circulación masiva y nacional y destinado a amplios sectores. Se supone que en ellos avisaría cualquier persona y estoy seguro que el señor Fernández si algún día quiere vender o arrendar algún bien o servicio recurrirá igualmente a estos medios, de los cuales el de mayor difusión y que llega a un público con mejor capacidad de compra es precisamente El Mercurio. No va a colocar los avisos el Estado en Punto Final o El Siglo, ya que nadie los vería, con excepción de los militantes que adquieren esos catecismos.
En todos los países libres así funciona la publicidad. En las dictaduras comunistas, por supuesto, la situación era diferente y todavía en la reliquia histórica que sobrevive, la castrista, hay un solo diario muy aburrido y poco noticioso, donde tampoco hay nada que avisar, ya que no hay empresas ni comerciantes privados (Tampoco hay mucho que ofrecer, ya que allí falta de todo, empezando por la libertad).
No compre El Mercurio, señor Fernández, y nunca avise en esa cadena, para que sea coherente con su pensamiento socialista decimonónico.
Creo que se equivoca el
Creo que se equivoca el señor Fernández. Se supone que tanto una persona como una empresa colocarán sus avisos donde supone que tendrán mas difusiòn, o sean más vistos o leídos. De acuerdo a esto, donde debería poner el Estado o sus empresas su publicidad?. Todos sabemos que, en cuanto a medios impresos, solamente existen dos diarios de circulación masiva y nacional y destinado a amplios sectores. Se supone que en ellos avisaría cualquier persona y estoy seguro que el señor Fernández si algún día quiere vender o arrendar algún bien o servicio recurrirá igualmente a estos medios, de los cuales el de mayor difusión y que llega a un público con mejor capacidad de compra es precisamente El Mercurio. No va a colocar los avisos el Estado en Punto Final o El Siglo, ya que nadie los vería, con excepción de los militantes que adquieren esos catecismos.
En todos los países libres así funciona la publicidad. En las dictaduras comunistas, por supuesto, la situación era diferente y todavía en la reliquia histórica que sobrevive, la castrista, hay un solo diario muy aburrido y poco noticioso, donde tampoco hay nada que avisar, ya que no hay empresas ni comerciantes privados (Tampoco hay mucho que ofrecer, ya que allí falta de todo, empezando por la libertad).
No compre El Mercurio, señor Fernández, y nunca avise en esa cadena, para que sea coherente con su pensamiento socialista decimonónico.