Celco en la “Ciudad de Papel”

Celco en la “Ciudad de Papel”

22 Septiembre 2008
Por fin, los ciudadanos y cinéfilos de Santiago hemos tenido la oportunidad de ver el documental “Ciudad de Papel” Por Sara Larraín
Sara Larraín >
authenticated user Corresponsal
Por fin, los ciudadanos y cinéfilos de Santiago hemos tenido la oportunidad de ver el documental “Ciudad de Papel” (que ustedes en Valdivia ya vieron en 2007), que desarrolla –con abundantes recursos audiovisuales y gran técnica- los detalles del conflicto socio-ambiental generado por Celulosa Arauco y Constitución (Celco), en Valdivia.
La metáfora escogida para el título de este trabajo es la más adecuada, pues no sólo remite a la celulosa, sino especialmente a cada una de las actuaciones de las autoridades ambientales, que desde 2004 han ninguneado las denuncias ciudadanas y el obvio daño ambiental, con lo cual demostraron la frágil fortaleza y credibilidad (de papel) de la institucionalidad ambiental.
Este estreno capitalino (en el Centro Arte Alameda) sucede en momentos en que en director de la empresa cuestionada, Alberto Etchegaray, busca reposicionar al grupo Angelini entre las compañía forestales, pues Celco ha experimentado una suerte de “exilio” de parte de sus pares, quienes ven que el discurso de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) es innombrable cuando se toca el tema de los cisnes de cuello negro.
Aun así, Etchegaray nos dice hoy que está “fehacientemente establecido” que Celco no habría contaminado el estuario del río Cruces, en Valdivia, en 2004. Y agrega que los estudios científicos anteriores –de la U. Austral- “bajo ningún supuesto tienen el mismo nivel” que una consultoría emitida este año por un profesor de la U. de Chile; la ventaja de esta radicaría a su juicio en que “se realiza luego de un tiempo” y que se considera un “enfoque ecosistémico”.
Esto, además de no ser así, es una subestimación de la inteligencia ciudadana. De hecho, la extemporaneidad de la consultoría (se realiza casi 4 años después) impidió acceder a muestras “frescas” del lecho del estuario, allí donde la U. Austral constató oportunamente daños hepáticos en cisnes y taguas causados por ingesta de plantas con altas concentraciones de hierro, aluminio y manganeso, provenientes de la planta.
Atribuir la desaparición del luchecillo –alimento de los cisnes- a una variación meteorológica (supuesta falta de lluvia, escaso caudal e “intensa ola de frío”) es inducir a error, toda vez que en 2004, las temperaturas del aire (registradas en la Estación Climatológica del Campus Isla Teja) fueron similares a períodos anteriores y el caudal del río, medido por la DGA, fue, en mayo de 2004, mayor que en el período anual anterior. Esto es parte del “enfoque ecosistémico” que sí tuvieron los estudios, aun cuando Etchegaray lo niegue por sí y ante sí mismo.
El lector informado sabe además que Celco violó el permiso ambiental al construir una planta que produce 100 mil toneladas de celulosa más que lo declarado y aprobado; instaló un ducto y pozos para extracción de agua ilegales; y -ante la Corte Suprema- atribuyó un estudio propio a la U. de Concepción, para salvarse de un fallo adverso sobre este tema. Eso para hablar en términos resumidos.
Aun cuando Etchegaray diga en sucesivas entrevistas que la Corporación Nacional Forestal (Conaf) apoya su versión, nosotros sabemos que falta a la verdad. Conaf ya aclaró que “en ningún caso (la consultoría) fue contratada para revisar las hipótesis ya existentes, sino para modelar el trabajo en el ecosistema y para poner a interactuar e interlocutar a los distintos actores” Es por esta razón, y no por un supuesto “compromiso con la región”, que la empresa debe apegarse hoy al plan de recuperación del Santuario de la Naturaleza Carlos Andwanter, fijado con antelación.
En cuanto al documental mencionado, es destacable el descomunal ejemplo de organización de la comunidad valdiviana, de transparencia y de perseverancia –que se plasma con gran fidelidad. Este debería ser material de consulta periódica de Celco, para abandonar ese afán de subestimar nuestra inteligencia, al pretender que el tema sólo se resuelve con apariciones en los medios de prensa y con negar las violaciones al permiso ambiental. Al menos, así debería suceder si pretende borrar la macha en la imagen internacional del sector forestal y ajustarse con un mínimo de pudor a los planteamientos de la RSE.
Por Sara Larraín
Directora del Programa Chile Sustentable
[email protected]
Etiquetas:

Comentarios

Imagen de tere

excelente documental,muy

excelente documental,muy buen trabajo,aunque es una triste realidad.