Opinión: Prioridades a la carta

OPINION? ARGOS: ENERO 10 DE 2009?

xJorge Gómez Barata

Las ideas acerca de que América Latina y Cuba no son prioridades para la administración de Barack Obama, son erróneas o son líneas de deseos. Hay quienes quisieran que así fuera.

Para el complejo militar industrial de los Estados Unidos, los halcones y los señores de la guerra, un continente donde no hay guerras ni motivos para ellas, no existen ni se desean armas estratégicas, flotas con cohetes de largo alcance, submarinos que no emergen y aviones que no aterrizan y no se necesitan escudos antimisiles, el negocio de las armas no es atractivo.

Los círculos reaccionarios de Estados Unidos no ubican a América Latina entre sus prioridades porque no les simpatizan las corrientes dominantes en la región caracterizadas por políticas soberanas, nacionalistas, desarrollistas e integracionistas conducidas por líderes unitarios y pacifistas ninguno de los cuales tiene la guerra o la hegemonía de signo imperial entre sus opciones.

Comprado con las compras de armamento pesado, escuadras de aviones de última generación, submarinos y otros artefactos, que realizan las fuerzas armadas de los Estados Unidos, las potencias del Viejo Continente, las naciones europeas recién admitidas en la OTAN y los países del Medio Oriente, vender armas en América Latina es comerciar con arena en el desierto.

América Latina no es una prioridad para el viejo imperialismo, protector de dictadores y oligarcas, para aquellos que quisieran regresar a la diplomacia de las cañoneras y a los consensos administrados por un servil ministerio de colonias al estilo de la OEA de los años sesenta. No hay ahora futuro para los jerarcas militares que conducían ejércitos que eran los principales partidos políticos de la región que no necesitaban elecciones ni liderazgos y ni siquiera se preocupaban por ser simpáticos.

Tal vez para unos Estados Unidos que, como estrategia de supervivencia y como proyecto hegemónico andan apurados por rediseñar políticas y cambiar de estilo, América Latina no sólo se una prioridad sino la mejor opción.

El gran negocio norteamericano no es el atraso sino el progreso latinoamericano que, en breves plazos pudiera contribuir decisivamente a convertir a los pobres y los hambrientos en consumidores razonablemente solventes. América Latina es la gran reserva de mano de obra y materias primas, minerales raros, biodiversidad, tierras fértiles y florestas invioladas, agua dulce con ciclos de renovación que las hacen virtualmente inagotables.

Una Latinoamérica donde no hay países superpoblados, los niveles de urbanización y escolarización son razonables y las capacidades para asimilar el desarrollo vastísimas, puede ser una excelente opción para un país en crisis que necesita clientes, socios y proveedores.

De existir una voluntad verdadera de cambio que llegue a lo esencial y busque lo eficaz, Estados Unidos se sumaría a los cambios y a la democratización de la región en lugar de confrontarlos; trataría de colocar capitales en áreas de mutuo beneficio, suministrar proyectos para infraestructuras, herramientas y tecnologías, maquinaria agrícola y para la construcción, semillas y patentes para la producción de artículos, proyectos para el desarrollo vial y ferroviario, equipamiento para astilleros y sistemas para la explotación minera. Si ese fuera el caso, para Obama la región no será sólo una prioridad sino un escenario perfecto.

Cuba que no es un país importante, ni peligroso, tampoco un competidor pero, después de cincuenta años de políticas fallidas, agresiones y bloqueo es para Estados Unidos una medida de la voluntad de cambio y rectificación, con el encanto de lo obvio. Para asumir con altura su diferendo con la Isla, más que hacer, a la nueva administración norteamericana le bastaría con remitir, no tomar acción, desactivar las políticas injerencistas, las medidas absurdas e inhumanas y abstenerse de pretender decidir lo que es bueno o pertinente para la Isla.

En este empeño, caso de emprenderlo, Obama recibirá fuego desde Miami donde una normalización de las relaciones con Cuba implica la quiebra de la fabulosa industria del anticastrismo con la que han lucrado y medrado decenas de miles de las más encumbradas figuras de la ciudad que han amasado fabulosas fortunas.

*Jorge Gómez Barata - Periodista y profesor? Graduado del Instituto Pedagógico y colaborador de medios ?Cuba-Nos y Extranjeros?. En su columna, el autor incluye ?además de artículos exclusivos para ?CubAhora?? materiales suyos publicados por el diario mexicano !Por Esto!, las emisoras Radio Habana Cuba y Radio Taíno, y otros difundidos por la Agencia ecuatoriana ?ALTERCOM? y Director Regional de la Agencia de Contrainformación ArgosIs-Internacional en la República de Cuba?

Haber Claudio, nunca he dicho que las cosas deben de ser gratis, para que nos entendamos mejor.

Las personas que piensan como tú, con respecto a que el Estado no puede ser un ente benefactor, por lo general dicen que el Estado debe de estar al margen de las decisiones económicas, o más bien sólo se acuerdan del Estado sólo para privatizar sus empresas muy por debajo de su valor libro "a eso le llamaría de que por qué las cosas son gratis", o también se acuerdan del Estado a la hora de subsidiar los sueldos o rebajar el impuesto a la renta, que en este país si que es una verdadero chiste de gratuidad para los grupos económicos.

Por último Claudio, te voy a pedir que la próxima vez que realices un comentario, qué lo mínimo que hagas que aparte de identificarte con tu nombre también menciones tu apellido o escribas una columna por lo menos. Por que me carga la gente que critica y critica al sistema sin dar propuestas ni menos da a conocer su identidad, ni menos publicar una foto.

Bueno entonces sigamonos rigiendo con la excelentísima Constitución que hicieron aquí en Chile los Chicago Boys, que no es otra cosa más que una maldita y perversa Constitución que es la gran causante de la desigualdad que vive este país.

Esa maldita Constitución permite que hoy la educación, salud, pensiones sean un negocio, que el parlamento sea uno de los más antidemocráticos y para que nombrar el gran robo del 10% de las ventas brutas del cobre a los distinguidos militares, que cuando estuvieron en el poder lo único que hicieron fue matar, torturar y robar.

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